Llegaron los predicadores con noticias del Presidente Maduro desde Rusia, por supuesto los sapos no se quedaron atrás.

Predicadores

Muchas son las reuniones previas que nuestro Presidente, Nicolás Maduro, ha tenido que soportar antes de entrar a visitar al Gran Zar en su Kremlin. Se le pidió que bajase el tono, y de hecho le hicieron esperar en desesperantes pasillos, llenos de obra de arte de los autores rusos del XVIII-XIX. Nicolás creía que estaba en L’Hermitage, pero no.

Varios generales de muchas estrellas, pero ningún poder. Se reían cuando Nico comentaba la caída de Mariano Rajoy, y su intervención apoyando al Imperio del frío. Los del KGB de Putin están flipando de todo el dinero que tienen Nico y sus secuaces fuera de Venezuela, en cuentas, en paraísos, con despachos interpuestos, con figuras cercanas a los Diosdado. Ahora, esperan a que Maduro haga nombre a su apellido, y no aparezca intentado torcer la mano de Putin en la foto. Es una nueva provocación del régimen Madurista, que se ha bajado los pantalones hasta los tobillos, en la búsqueda de más liquidez que inyectar en sus podridas cuentas.

Sapos

Hay un grupo de destacados formadores de Rusia, capital Moscú, que están aterrizando junto a otros ‘formadores’ chinos, en las entrañas de las empresas públicas, bueno las que quedan, que ya están todas con las dos rodillas en el suelo. Nada podremos hacer, porque un pueblo con hambre, y que es capaz de jugar al seguidismo, consigue nada a corto plazo, y menos a largo. Estos formadores amigables pertenecen, en muchos de los casos, a los servicios de espionaje de las otras potencias. A Trump le pone muy nervioso tenerlos tan cerca, ya se ha peleado con los Hermanos Castro y con sus cenizas.

El joven Presidente americano, está mirando con cara de mosqueo a Corea, y no quiere, porque no le dejan los intereses económicos, olvidar a nuestra amada Venezuela. No todos los chinos tienen colmaos, no todos los rusos beben vodka…