Más temprano que tarde caerán los cobardes de Miraflores, tan incapaces, que no manifiestan nada sobre los narco sobrinos. El silencio otorga en este caso.

Me pregunto, como también lo harán la mayoría de los venezolanos, ¿por qué desde que se supo (o mejor dicho ya lo sabíamos pero se hizo oficial) lo de los narco sobrinos, no han hecho alguna declaración sobre este tema los del oficialismo?

¿Por qué Nicolás o Cilia no se han pronunciado y mantienen un silencio casi sepulcral?

Cuando pasa algo relacionado con temas delictivos que tiene relevancia grave, como es este caso en la sociedad común, hablo de la calle, del día a día, de la gente de a pie, lo normal es que algún familiar se pronuncie sea del lado malo o bueno. Dar una explicación o una opinión del por qué creen que su hijo, hija, nieto, sobrina, el vecino, etc., ha caído en tal situación, es lo normal.

En este momento Venezuela y gran parte del mundo se sigue preguntando que ha pasado con todo esto. Más aún, porque en las noticias del domingo, publicado por El Nuevo Herald, nos quedamos nuevamente sorprendidos cuando hicieron oficial la búsqueda de Walter Jacobo Gavidia, hijo de Cilia Flores, fruto de su primer matrimonio y nadie dice nada. La justicia norteamericana lo busca bajo sospecha de estar involucrado también en actividades de narcotráfico, vaya joya de juez.

Con relación a estas noticias, me parece extraño que desde el 21 de diciembre no se sabe nada de Nicolás, ese ser que le encanta estar metido en todo, que trabaja por su gente y que le gusta tanto hablar con el pueblo (más no escucharlo), no ha dado señales de vida. Tal cual como no asistió a la cumbre de Mercosur, ha sido el gran ausente este mes, solo ha aparecido para amedrentar a los que no votaron por el oficialismo. Podría ser, que está detrás de alguna movida nueva o creando un nuevo guión de auto acecho para seguir evadiendo la realidad y así tapar su impunidad.

En breve se destapará la olla, no se puede ser más cobarde que los de Miraflores. Recuerden que hace un tiempo atrás, antes de que cogieran a los narco sobrinos, Leamsy Salazar, ex jefe de seguridad de Chávez, dio declaraciones a las autoridades de EE.UU., de que Walter Jacob Gavidia, utilizaba aviones pequeños de PDVSA para transportar sustancias ilegales y quien lo acompañaba era el hijo de Nicolás Maduro.

¿Qué pasa entonces, donde esta metido Maduro?

Yo espero, de todo corazón, que este metido en una especie de catarsis espiritual, reconstructiva, estudiando infinitamente lo mal que lo ha hecho (bueno lo de estudiar es un decir, no entiende ni la palabra), que esté tomando la sabia decisión de renunciar, ya que debe tener en cuenta que será perseguido. Que esté alojado en Cuba, donde pronto también le echarán como a un perro, o a lo mejor estará con la Cristina, intentando sacar cuentas de cuanto dinero tienen en el exterior, antes de que les echen la mano al cuello. Este último bloque realmente no lo creemos ninguno de nosotros, pero como estamos en el día de los inocentes, quizás resulte gracioso.

Volviendo a la seriedad, a mi no me hace mucha gracia que, el cobarde de Miraflores no haya dado la cara, que esté evidentemente sumergido en el silencio absoluto, que esté totalmente ausente, tenemos que estar alerta, estos movimientos, pueden estar relacionados con una nueva estrategia para romper con la voluntad que retumbó el 6D, con el hecho de que algunos de los chavistas se quitaron la venda y por fin se han dado cuenta de que Chávez no está, que murió y dejó erróneamente en su lugar a un usurpador. El oficialismo da las últimas brazadas, se hunde lentamente y con sufrimiento.

Que no nos agarre con sorpresa las nuevas pendencieras declaraciones que haga a su retorno el cobarde de Miraflores, para tapar la decadencia económica del país y el deterioro de una imagen de narcotraficante que ya tiene su cúpula.