Sindicalistas aseguran que la gestión chavista en las empresas básicas ha desmejorado notablemente el rendimiento en las operaciones actuales.

Empresas básicas en el país operan a 30% de su capacidad a consecuencia de una gestión errónea, del desconocimiento de gerentes y directivos, por la falta de inversión, a parte de las decisiones centralizadas del Poder Ejecutivo que han entorpecido el desenvolvimiento de las mismas, afirman sindicalistas.

El director del Sindicato de Aluminios del Caroní, Henry Arias, destacó que el emporio industrial que patentizó Guayana (Edo. Bolívar), en las décadas de 1960 hasta finales de 1990, se quedó en historia, porque lo que se observa hoy es un cumulo de empresas pertenecientes al Estado, en situación de quiebra, prácticamente inactivas y con muy baja productividad.

“Todas las empresas básicas de Guayana tienen problemas en la dotación de repuestos para poner operativas las plantas, lo que se agrava con la excesiva centralización en Caracas de las decisiones de las compras de materiales y equipos. Debido a la desidia del gobierno durante 17 años, las plantas actualmente operan entre 10% y 30% de su capacidad instalada”.

Todo lo contrario a las declaraciones de Juan Arias, ministro de Industrias Básicas, Estratégicas y Socialistas, quien sostuvo que la recuperación y el crecimiento de las empresas en Guayana estaban en un franco despliegue, lo cual generó el controversias en la opinión de los representantes de los trabajadores.

Arias y otros sindicalistas, acotaron que para lograr la recuperación de las empresas básicas es primordial depurar la administración, que esta plagada de corrupción e irregularidades, así como realizar las inversiones requeridas y urgentes para la reparación de las plantas con tecnologías de punta.

“Los trabajadores quieren unas empresas sustentables económicamente como consecuencia de las actividades productivas y no quedarse, como ahora, sentados a que el gobierno dé el dinero”.

En cuanto al acero, se pronunció Leonardo Azócar, secretario de  Organización y Reclamos del Sindicato Único de la Industria Siderúrgica y Similares,  aportando que los últimos dos meses de 2016 y a principios de 2017, Sidor estuvo paralizada, las actividades de la Siderúrgica del Orinoco también cayeron sustancialmente, y aseguró que no se llegó al cierre técnico porque había algo de producción de cabillas y bobinas.

“Las operaciones cayeron en picada desde que los militares tomaron las riendas de Sidor en 2011, cuando ya había una baja en la producción con 2,3 millones de toneladas de acero”.

Asimismo el representante del Sindicato de Ferrominera  del Orinoco, Roger Salazar, explicó que la producción del hierro en 2016 se situó en 8 millones de toneladas, 30% de la capacidad instalada de 23,7 millones de toneladas anuales.

“Invito al ministro Arias a que venga a Guayana y, con ojo crítico, recorra las plantas y las instalaciones de las empresas para que constate la deplorable situación en que se encuentran”.

El sindicalista también acotó que en la Ferrominera hay 46 locomotoras de las cuales solo funcionan 14, y de 2.256 vagones para transportar el hierro, operan solo 1.128. Recordó que en el 2016 la producción provino de la extracción superficial dado que el Cavim (Compañía Anónima Venezolana de Industrias Militares), no suministró los explosivos hasta comienzos de este año.

“La capacidad estimada anual de la industria del acero era de 4,3 millones de toneladas, pero debido al efecto cascada de Sidor el año pasado solo se produjeron 300 mil toneladas”.

Entre tanto, la industria del aluminio no estuvo fuera del alcance del debacle, este primer trimestre de 2017, Aluminios del Caroní, ha producido un 10% de su capacidad instalada de manufactura, es decir, se produjeron 21 mil toneladas del metal frente a 210 mil toneladas que solía salir a mercado en décadas anteriores, puntualizó Henry Arias.

El sindicalista enfatizó en que la explotación ineficiente en las minas de bauxita, insumo fundamental del aluminio, se despeño a 200 mil toneladas, solo un 10% de la capacidad instalada de 2 millones de toneladas en la planta de Bauxilum.