escasez de medicamentosEscasez de medicamentos preocupa a dueños de los establecimientos y clientes, quienes pasan trabajo para curar sus enfermedades.

La escasez de medicamentos en la zona norte del estado Anzoátegui, golpea a tanto a los dueños de las farmacias como a las personas que buscan la cura para su enfermedad o la de algún ser querido.

La señora Cristina Ezghen es una de las miles de anzoatiguenses que a diario visita hasta ocho establecimientos de este tipo para conseguir los remedios de sus padres, quienes sufren de tensión y diabetes.

“Recorrí varias farmacias de Guanta, Barcelona, Puerto La Cruz, pero sólo conseguí dos de los seis medicamentos que estoy requiriendo. Es una situación desesperante, porque está en riesgo la vida de mis viejos y mi tranquilidad”.

Entre los fármacos más “difíciles” de hallar se encuentran los antipiréticos, anticonvulsivos, anticonceptivos, antiinflamatorios, antimicóticos, entre otros.

Así lo aseguró una de las encargadas de una farmacia ubicada en el centro comercial Central Madeirense de Puerto La Cruz, quien prefirió mantenerse en el anonimato.

“Cada día la situación está más difícil. Los pacientes se molestan, nos insultan, pero no es nuestra culpa que los inventarios sean cada vez más limitados”, relató la muchacha.

La farmaceuta aseguró que el mismo panorama se repite en la mayoría de las farmacias del país, donde la venta se sigue efectuando con restricciones.

Por ejemplo, en una de las farmacias visitadas, en el bulevar 5 de Julio de Barcelona, suplementos vitamínicos como el Ensure, se comercializan en cantidades limitadas por cada persona.

“Estoy buscando ese alimento para un tío con cáncer, pero sólo me venden un frasco por persona. Yo no sé a dónde vamos a parar”, se preguntó la docente Tania González.

Captahuellas

En algunas cadenas de farmacias como Farmatodo, desde hace meses expenden los medicamentos con las máquinas captahuellas.

Con ese aparato se limita la compra por pacientes, lo cual fue criticado por el señor Luis Díaz, de 77 años.

“En la cuarta República yo podía comprar las pastillas que me dieran la gana. Ahora todo lo restringen en Venezuela”.

Estas máquinas no han sido instaladas en farmacias pequeñas, ya que “por ahora” no ha habido alguna orden gubernamental que lo autorice. “Hoy no tenemos, mañana quizás sí, dijo una empleada de una farmacia Saas del centro portocrano.