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Las fallas de electricidad y aguas blancas confirman que se ha deteriorado la calidad de vida de los habitantes de Maguey Sur.

En la urbanización Maguey Sur, mejor conocida como Pascal, en Puerto La Cruz, estado Anzoátegui, la mayoría de los servicios públicos se han deteriorado. Para el señor Oswaldo Celta, el funcionamiento de los servicios públicos se han deteriorado con el tiempo en el sector Maguey Sur, mejor conocido como Pascal, en Puerto La Cruz, estado Anzoátegui.

A su criterio, el Gobierno «revolucionario» ha sido sinónimo de deterioro en la zona y en todo el país: «Acá tenemos más de 17 años viviendo entre las aguas negras. Lamentablemente nadie da la cara por nosotros y todo se ha deteriorado», comentó Celta, quien aseguró que reiteradas veces han denunciado la problemática a la Hidrológica del Caribe (Hidrocaribe), ente gubernamental encargado del servicio, «pero no nos han prestado atención».

El señor agregó que la ruptura de una tubería de aguas blancas en la avenida Intercomunal Jorge Rodríguez, a escasos metros de su residencia, agudizó el karma que afecta a más de 16 apartamentos que conforman la zona residencial: «Ya repararon el tubo, pero igual seguimos secos. Aquí hay es que salir a votar en diciembre por un cambio, porque este Gobierno no sirve».

Fallas de electricidad 

La electricidad es otro de los servicios que más presenta problemas en la urbanización donde residen casi tres mil personas. Según el ama de casa Silvia Contreras: «La luz se va todos los días». Dijo que por ese motivo se le han dañado varios electrodomésticos.

Con ella coincidió el docente Jairo Malavé, quien afirmó que la crisis en los servicios públicos se debe a la falta de mantenimiento en las redes, las cuales son administradas en su mayoría por el gobierno.

«El gobierno no invierte el dinero necesario en la reparación de los sistemas de electricidad y aguas, por eso el país está colapsado por todos lados».

Inseguridad

A todas horas del día, los vecinos de Maguey Sur viven atemorizados. Por el lugar transitan grupos de motorizados, quienes se «roban» la tranquilidad de los habitantes.

Según comentó una de las residentes, quien omitió su nombre, los malhechores se esconden detrás de los árboles y quioscos para sorprender a quienes caminan por el lugar.

«Por aquí nos roban a toda hora del día. La policía viene muy poco a hacer recorridos por la zona. Enviamos una carta a la Policía Nacional Bolivariana (PNB), que en ocasiones envía funcionarios, pero no frecuentan mucho el lugar».