En cuanto se conoció la noticia, muchos dudaron que fuera cierto. La decisión de cambiar el sitio de reclusion de Leopoldo sorprendió a todos.

¡OJO! No hablo de liberacion. Sigue preso, pero la gente tiende a confundirse y el titular de hoy fue: ¡Han liberado a Leopoldo!

Leopoldo le hace mas daño al Gobierno preso que libre. Para mi la medida es un pote de humo para bajar la presión, y ademas está dirigida muy especialmente a dividir y a distraer a la oposicion, que nunca estuvo tan cohesionada.

Buscan mostrar opiniones encontradas de voceros de la oposicion y revertir la alarma que ha provocado un hecho que ha recorrido el mundo y que ha sido más que repudiado: Leopoldo, un gran líder, inocente, condenado con pruebas falsas, preso en la cárcel militar de Ramo Verde, incomunicado, torturado.

Cambiando el sitio de reclusion como medida humanitaria, buscan ademas lavarle un poco la cara al TSJ que está, evidentemente, al descubierto y desacreditado internacionalmente. Saben que no faltará quien diga que Leopoldo ha sido débil aceptando esta medida (la cual, dicho sea de paso, no depende de que él pueda elegir si la acepta, o la rechaza).

El Gobierno sabe que los recelos entre dirigentes de la oposición le restan fuerza en el logro del objetivo y sabe que alguien saldrá a decir que hubo negociaciones turvias y hará ver que a la oposición no le interesaba su libertad, sino usarlo como bandera política.

Yo creo que lo que realmente busca el Gobierno es pescar en rio revuelto y dividir a la oposición, desviar la atención con relación a la constituyente que propios y ajenos rechazan, que no se hable del pesbicito y, muy puntualmente, tratar de demostrar que a la oposición no le importa Leopoldo, ni su situación de preso politico, sino los intereses personales de cada uno; Y, de paso, siempre encontrarán a alguien que se haga eco de esa infamia.

Habrá que escuchar a Maduro, a Diosdado y otros voceros del Gobierno y de lo que digan o dejen de decir, quedará en evidencia qué buscan con esta medida. Estamos seguros de que no se trata de que sean menos malos de lo que todo el mundo cree. No obstante, por lo pronto, lo veo como una buena noticia.

Gracias a Dios, estará en su casa y allí no lo torturarán.

María Esther Guia