medicos venezolanos
Aunque el presidente Nicolás Maduro decretó un aumento en el sueldo de los médicos venezolanos, los galenos aseguran que sigue siendo insuficiente.

Los médicos venezolanos aseguran que no hay incentivos para ejercer su profesión en el país suramericano. Aunque el presidente Nicolás Maduro decretó un aumento fraccionado de más de 100%, explican que «eso no alcanza para nada».

Santiago Sánchez, estudiante del último año del postgrado de traumatología en el hospital Lídice de Catia, indica que con la medida un residente del más bajo escalafón pasará a ganar poco más de 20 mil bolívares (menos de 3 salarios mínimos), mientras que un especialista tipo 1 devengará mensualmente 25 mil bolívares de sueldo base.

«No hay ninguna razón para que un médico venezolano se quede en el país estudiando y ejerciendo. Y eso ni hablar de la seguridad social que no existe y de la violencia en los centros públicos de salud en los barrios».

El galeno compara su sueldo: 127 dólares aproximadamente (tasa Simadi) con el de otros países de la región, como Chile, donde los profesionales de la salud ganan mínimo 6 mil dólares al mes y asegura que la opción es ampliar los horizontes y buscar mejoras en otras fronteras.

Pero sin salir de Venezuela, cuando los médicos venezolanos comparan su sueldo con lo que gana un taxista o un revendedor también se desalientan.

Entre 90 mil y 150 mil bolívares mensuales es lo que devenga en promedio Héctor Dubuc, quien trabaja como taxista de lunes a viernes de 7 a 12 de la noche.

Para acercarse a esta suma, el médico venezolano debe trabajar en 3 lugares distintos; en la mañana, tarde y noche.

Aunque el primer mandatario nacional ha negado el éxodo de médicos que ha habido en los últimos años, la realidad es inocultable. Los hospitales públicos se encuentran llenos de pacientes que no tienen doctores que los atiendan. Algunos han optado por ir al sector privado, pero otros muchos han salido, casi huyendo, del país.

Sánchez ya tiene sus credenciales listas para emigrar en los próximos meses. Cuenta que de su grupo de 10 amigos (médicos) es el único que falta por irse.