La abducción de los Hill fue el 11 de septiembre de 1961 en Estados Unidos, cuando una pareja afirmó haber sido secuestrados por extraterrestres.

La abducción de los Hill cumple 56 años. Betty y Barney Hill fueron un matrimonio estadounidense que alcanzó la fama luego de afirmar que habían sido secuestrados por supuestos seres alienígenas entre el 19 y el 20 de septiembre de 1961.

La historia narrada por la pareja, comúnmente es denominada: Abducción de los Hill y ocasionalmente “el incidente Zeta Reticuli”. El suyo fue el primer caso ampliamente publicitado de un supuesto secuestro extraterrestre, adaptada en el exitoso libro de 1966 The Interrupted Journey y en una película para la televisión.

Abducción de los Hill

Los Hill vivían en la localidad de Portsmouth, en el nororiental estado estadounidense de Nuevo Hampshire. Barney (1923-1969) estaba empleado en el correo (U.S. Postal Service), mientras que Betty (1919-2004) era una trabajadora social. Activos miembros de la congregación unitarista (Unitarian), los Hill también eran miembros de la asociación antidiscriminación NAACP, además de líderes comunitarios, y Barney tenía un asiento en la Comisión de Estados Unidos sobre Derechos Civiles.

Conformaban una pareja interracial, algo bastante inusual en los Estados Unidos de aquel tiempo: Barney tenía ancestros de origen etíope, mientras que Betty era blanca.

Al anochecer del 19 de septiembre de 1961, los Hill estaban conduciendo de regreso a la localidad de Portsmouth de unas vacaciones en el interior del estado de Nueva York, además de en las provincias canadienses de Ontario y Quebec. Ya que era tarde en la noche, y debido a que la temporada alta turística de verano ya había finalizado, había pocos automóviles en la carretera mientras viajaban hacia el sur. Al sur de la pequeña localidad de Groveton (en el estado de Nuevo Hampshire) supuestamente observaron un punto brillante de luz en el cielo.

Inicialmente pensaron que estaban observando una estrella fugaz, sola que luego se dieron cuenta de que “caía” hacia arriba, antes de detenerse cerca de la entonces Luna creciente. Mientras que Barney se estaba desplazando por la Ruta 3 de los Estados Unidos, Betty pensó que ella estaba observando un satélite artificial, y le pidió a Barney que detuviese el auto para mirarlo más de cerca, así como para pasear a su perro Delsey. Preocupado acerca de la posible presencia de osos en el área, Barney sacó la pistola que había escondido en el baúl o maletero del vehículo.

Betty, cuya hermana le había confesado haber tenido un avistamiento de un platillo volador varios años antes, observó el objeto mediante binoculares a medida que este se movía delante de la cara de la luna, emitiendo luces multicolores centelleantes. Barney, quien no había observado la nave, pensó que la luz provenía de una aeronave convencional. Por su parte, Betty se sentía perpleja acerca de la naturaleza no convencional del objeto.

En sus sueños, Betty, Barney y los pequeños seres caminaban por una rampa hacia una nave con forma de disco de apariencia metálica. Una vez adentro de ella, Barney y Betty fueron separados. Ella protestó al respecto, por lo que un ser -al que ella posteriormente comenzó a llamar “el líder”- le dijo que si Barney y ella eran examinados juntos tomaría mucho más tiempo realizar las pruebas. Entonces Barney y ella fueron llevados a salas separadas. Aunque el líder y los otros seres le hablaban en inglés, su dominio del idioma parecía ser imperfecto, y tenían dificultad en comunicarse. Betty entonces soñó que este nuevo ser, similar a los otros, ingresó a realizar su examen junto al líder. Betty llamó a este otro ser “el examinador” y dijo que él tenía modales calmos y placenteros.

Examen rápido y unas pocas pruebas

El “examinador” le habría dicho a Betty que le realizaría un examen rápido y unas pocas pruebas para constatar las diferencias entre los seres humanos y los seres de la supuesta nave. La sentó en una silla, y se le enfocó una luz brillante sobre ella. El ser cortó un mechón de pelo de Betty. Examinó sus ojos, orejas, boca, dientes, garganta y manos. Guardó uñas de los dedos de la mano de ella. Luego de examinar sus piernas y pies, el ser usó una suerte de cuchillo romo o escalpelo, similar a un abridor de cartas, para raspar y extraer algo de piel hacia un pequeño contenedor de vidrio similar a una diapositiva. El “doctor” le sacó el vestido a Betty. Le dijo que se recostase sobre una mesa. Diciendo que estaba examinando su sistema nervioso, le pasó un aparato que se parecía a un dispositivo EEG (para realizar electroencefalografías) sobre la parte frontal y posterior de su cuerpo. El “doctor” se limpió sus manos con un líquido y se puso guantes similares a los quirúrgicos. Sacó una aguja hipodérmica de unos 10 a 15 cm de longitud para realizar lo que dijo que se trataba de un examen de embarazo. Usó un hisopo de algodón mojado sobre su ombligo. Le empujó la aguja hacia el mismo, lo que le causó a Betty un gran dolor, pero el “doctor” le frotó su frente, y pronto el dolor desapareció.

La dentadura de Barney

Se le dijo a Betty que su examen estaba completo y que pronto ella y Barney serían regresados a su automóvil. Ella comenzó a conversar con el líder, sólo para ser interrumpida cuando otro ser irrumpió en la habitación y -aparentemente excitado- habló con el líder en un idioma extraño. Apresuradamente abandonaron el cuarto, dejando a Betty sola.

Luego de regresar en unos minutos, el líder examinó la boca de Betty y parecía estar intentando de extraer dientes de su boca. Cuando esto fue infructuoso, el líder preguntó por qué sus dientes estaban fijos mientras que los de Barney salieron de su boca. Riéndose, Betty les dijo que Barney usaba una dentadura, porque los humanos con frecuencia pierden sus dientes a medida que envejecen. El líder parecía incapaz de entender el concepto de vejez o de edad avanzada; entonces ella le intentó explicar lo que era un año terrestre, pero él tampoco parecía entenderlo.

Betty solicita un artefacto

En el sueño, Betty le preguntó al líder si podía tomar un artefacto o dispositivo de la nave como prueba o evidencia de la existencia de tal encuentro. El líder le permitió tomar un libro grande cuyas páginas estaban llenas de símbolos agrupados en columnas.

Entonces ella preguntó al líder de dónde provenían él y su nave. Betty escribió que, en respuesta, el líder en la pared “desplegó un mapa, extraño para mí… era un mapa de los cielos” marcado con numerosas estrellas y planetas.

Había diferentes tipos de líneas entre algunas de las estrellas que denotaban, según se le comentó, rutas de comercio y de exploración. El líder le preguntó a Betty si ella sabía dónde estaba localizada la Tierra en el mapa estelar. Betty respondió que no, ya que no estaba familiarizada con dicho mapa. El líder entonces dijo que debido a la ignorancia de ella, era imposible explicarle de donde provenían.

El abandono de la nave

Betty entonces sugirió que la humanidad desearía encontrarse con otros habitantes del universo y trató de persuadir al líder de anunciar abiertamente su presencia en la Tierra. En medio del pedido de Betty, los seres llevaron a Barney a la misma habitación.

Parecía encontrarse en un estado de aturdimiento. Los entes comenzaron a escoltar a los Hill fuera de la nave, aunque estalló una discusión entre ellos en el extraño idioma en el que habían hablado antes. El líder entonces tomó el libro grande que tenía Betty. Ella protestó, diciendo que el libro era su única prueba del encuentro. El líder dijo que él personalmente no se preocupaba si ella se quedaba con el libro, pero los otros miembros de la nave no querían ni que ella recordase el encuentro. Betty insistió en que no importaba qué le hiciesen a su memoria, ella algún día recordaría los sucesos.

Barney y ella fueron trasladados hasta su automóvil, dónde el líder les sugirió que esperaran para observar la partida de la nave. Así lo hicieron, y luego reanudaron su viaje. Betty declaró que el suceso había sido milagroso y excitante, pero Barney no dijo nada al respecto.