Londres, Nueva York y Sidney serían parte de las ciudades más afectadas por el derretimiento de glaciares.

La Nasa desarrolló una herramienta que permite conocer qué ciudades del mundo se verán afectadas por el derretimiento de glaciares. La novedad de este sistema son los factores que ahora toma en cuenta: movimientos de la Tierra y gravedad. Además, incluye un programa que permite ver la situación de 293 ciudades, las más propensas a sufrir la crecida del agua. De este total, muchas pertenecen a América Latina, publica la BBC.

Entre las ciudades más afectadas por el derretimiento de glaciares podrían estar Londres, Nueva York y Sidney. En Latinoamérica serían: Río de Janeiro, Lima, Santiago de Chile y Caracas.  De acuerdo con el simulador, Tierra de Fuego estaría el riesgo, al igual que la zona central de Chile y parte de Perú.

Esto reafirma lo que científicos vienen diciendo desde hace tiempo: que el aumento del nivel de los océanos no será parejo alrededor del globo.

«En momentos en que ciudades y países están empezando a diseñar estrategias para mitigar las inundaciones, hay que pensar en la situación en los próximos 100 años y evaluar los riesgos como lo haría una compañía de seguros», señaló Erik Ivins, principal científico del proyecto.

Efectos

Según le explicó a la BBC Eric Larour, otro de los científicos del proyecto, hay tres procesos clave que influyen en la «huella del nivel del mar», como le llaman al patrón de cambio del nivel del mar en el mundo. El primero es la gravedad. Estar cerca de un glaciar es una garantía de que tu ciudad no se inundará y no al revés, según los científicos de la NASA.

«Estas (capas de hielo) son masas enormes que ejercen una atracción sobre el océano. Cuándo el hielo se encoge, la atracción disminuye y el mar se aleja de esa masa», añade el investigador.

Otro factor es que el suelo bajo la capa de hielo que se derrite se expande de forma vertical, después de haberse comprimido anteriormente por el peso del hielo. El último elemento es la rotación del planeta.

«A medida que el planeta gira y tambalea y cambian las masas en su superficie, este balanceo también se modifica. Y eso, a su vez, redistribuye el agua alrededor de la Tierra», señala Larour.