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No todos los niños pueden disfrutar del regreso a clases, pues sus padres no los envían por falta de uniformes y comida

Un regreso a clases muy opaco se vivió durante esta semana de inicio del periodo académico 2016-2017, pues las aulas de clases permanecieron vacías, ya que un 60% de la población estudiantil no acudió a las aulas ¿La causa? La grave crisis económica que atraviesa Venezuela.

Según el ministro de Educación Rodulfo Pérez, durante declaraciones días atrás, la educación escolar en Venezuela está garantizada y afirmó que las escuelas a nivel nacional iniciaron sus actividades con fuerza y alegría.

Imágenes del regreso a clases 2016-2017“Estamos desarrollando una etapa de victoria, manteniendo el derecho a la educación porque en Venezuela es posible ejercerlo plenamente ya que en otros países de América Latina es un problema que las familias consigan donde estudien sus hijos y los Comité Locales de Abastecimiento y Producción (Clap) elaboraron y confeccionaron uniformes escolares para los niños”, manifestó Pérez, pero… ¿A quiénes le llegaron esos uniformes?

Regreso a clases con hambre y sin estrenos de uniforme

Para muchos padres la realidad de la que habla el ministro Pérez es otra, pues consideran que el derecho de sus hijos a la educación ha sido vulnerado debido a la grave crisis económica que atraviesa Venezuela, ya que no cuentan con los recursos suficientes para poder adquirir elementos tan esenciales para que sus hijos acudan a los salones como los uniformes.

“La verdad estamos en una situación crítica”

“De verdad no alcanza el dinero tampoco, vivo al día, no he comprado uniformes ni nada porque no alcanza, no tengo dinero para eso”, afirma María Briñez, mientras se sujeta los pantalones debido a los kilos que ha perdido últimamente debido a la escasez de alimentos.

Otra de las historias que convergen en este regreso a clases es la de Zully Marcano, ella asevera que ni los uniformes ni los útiles escolares ha podido comprar porque el poco dinero que devenga lo gasta en adquirir alimentos a los bachaqueros.

“No pude comprarle el uniforme porque todo se va en comida”

“Hasta que no consiga uno barato no podré enviarla porque cómo hago para pagar una franela en 10 mil y unos zapatos en 20 mil cuando lo que gano no me alcanza ni para comer”, sentencia Marcano.

Hay unos que ni siquiera cuentan con un salario fijo pues dependen de trabajos esporádicos que van consiguiendo en diferentes jornadas siempre con el mismo norte: llevar el plato de comida a la mesa, como el caso de Carlos Contreras, otro padre venezolano que no ha podido enviar a sus hijos a la escuela.

“Envió a mis hijos para el colegio o medio comen”

Primero y principal el sueldo no me alcanza para comprarle cuadernos, ni la ropa, para comer sobrevivo en la calle, haciendo marañas por aquí o por allá para que mis hijos medio amortigüen”, afirma Contreras.

Mónica Sánchez es otra de las madres en desespero por la situación actual que vive el país, ante esto ha tenido que pensar con cabeza fría y tomar la determinación de enviarlos únicamente cuando pueda, pues sus hijos eran beneficiados con el Programa de Alimentación Escolar (PAE), el cual se ausentó en el pasado periodo académico.

“Todo depende, si tengo los mando y sino no puedo…, van con uniformes viejos, porque no había plata, y la plata entre agua y comida se le va a uno…, un día se manda limpio y el otro se manda sucio”, afirma Sánchez.

¿Y los útiles escolares? ¿El Gobierno no los daba?

Además del tan necesario pero desaparecido programa de alimentación se suma el programa de dotación de textos escolares Rafael María Baralt en la entidad zuliana, el cual otorgó hasta el año 2012 más de 700 mil útiles escolares a las escuelas adscritas a la Gobernación del estado Zulia, pero este fue eliminado en la actual gestión de Francisco Arias Cárdenas.

Imágenes del regreso a clases 2016-2017Por otra parte, los 120 millones de dólares utilizados por el Gobierno nacional para cubrir los gastos de la Cumbre de Países No Alineados bastaban para cancelar la totalidad de útiles escolares en educación básica de la nación, puesto que con esos recursos se pudo haber comprado 34 millones de kit escolares.