El Citibank cierra las cuentas del BCV, del Banco de Venezuela, cuentas de funcionarios y personas naturales, por ser utilizado como presunto medio para el blanqueo de dinero.

A parte de la crisis financiera que sacude a Venezuela, por el alto nivel de corrupción y ser un país que esta en la mira de Estados Unidos, por temas tan graves como el lavado de dólares, malversación y narcotráfico, no es para menos que un banco del prestigio internacional como el Citibank, se vea afectado con inyecciones multimillonarias en cuentas de Venezuela de dinero mal habido y que pone en entre dicho la integridad de la marca.

Venezuela está pasando a dejar de ser un mercado atractivo para la banca internacional, por las fluctuaciones en las divisas que hacen mas débil al Bolívar y que han quebrantado la estabilidad de muchas empresas tanto públicas como privadas, el ejemplo mas claro, es que un ente de la magnitud de PDVSA, que ha movido sumas multimillonarias que aportaban intereses importantes para la economía del país, ha sido tan mal gestionada que esta a punto de caer en banca rota.

Se trata de la misma razón por la cual otros bancos internacionales ya le han informado al gobierno venezolano que también dejarán de operar en Venezuela. En forma escueta y genérica han dicho que en su evaluación el riesgo-país de Venezuela ha aumentado.

En términos financieros significa que el Banco Central del país podría no estar en condiciones de cumplir con sus obligaciones financieras. Lo cual es además muy probable dado el estado de los capitales de Venezuela.

Hay algo más detrás de esto, hablan de una conspiración en contra del gobierno. Pues NO, tampoco se trata de una conspiración de la derecha y el imperialismo en contra de la revolución bolivariana, tal como quisieran hacer ver Maduro y sus operadores.

Se trata de aquel viejo expediente que sigue engordando en volumen de páginas y anexos en el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos que implica directamente a PDVSA en lavado de dólares en conexión con el Banco de Andorra.

El Departamento de Tesoro de los EEUU no sólo informó al gobierno venezolano sobre el asunto sino que aplicó sanciones a altos funcionarios para mostrar la gravedad del caso con la esperanza de que las autoridades en Venezuela tomarán acciones.

Nicolás Maduro, el gobierno, el PSUV y sus militares se hicieron los musiúes, como si la cosa no fuera con ellos, pensando quizás que bastaría ignorar el problema para que este desaparezca, así mismito, como se hacen las cosas en Venezuela, es decir fatal.

Lo que se pensaba que era una sofisticada red para el lavado de dólares del narcotráfico que operaba bajo el amparo de algunos altos funcionarios venezolanos ahora es considerada por las agencias internacionales antidroga como un esfuerzo sistemático y orgánico promovido como política de estado por el alto gobierno venezolano para ayudar a los carteles de droga.

Para espeluznase, esto es gravísimo, ver para creer.

En el tiempo que estamos viviendo, ninguna institución financiera internacional que valore su reputación quiere verse relacionada con ejecutores ligados al negocio del lavado de dólares, o lo que es lo mismo, vinculadas a gobiernos como el venezolano o compañías como PDVSA, eso sin nombrar casos como los bolichicos y su empresa de maletín Derwick, culpables de los problemas eléctricos en el país con su bolichatarra, sin dejar atrás el caso de corrupción de la plataforma Aban Pearl, y por supuesto, el swap de oro que llevo a cabo Maduro con el Citibank, que fue el elegido entre cinco entidades financieras.

¿Cuánto tiempo pasara para que caigan todos?, ¿Quién abrirá el grifo para limpiar la peste del país?, ¿Por qué no hablan claro y se dejan de estar por las ramas?

Es una lástima que se haya perdido la confianza en una nación tan prospera como lo ha sido Venezuela por yerro de unos pocos.