Se ha escrito cientos de páginas, se han hecho «reportajes» que intentan contar la verdad de lo que se ha convertido en la «locura de los medicamentos». He permanecido en un segundo plano, pero me veo obligado a contar la verdad y decir a mis abogados, que estudien querellas contra aquellos, a los que su mala fe ha llevado a arrastrar mi intachable nombre por sus lodazales.

Estoy en casa, mientras en la Puerta del Sol de Madrid, Lilian Tintori, acompañada, entre otros por el cantante Carlos Baute, Albert Rivera, Cristina Cifuentes… apelan a los españoles, venezolanos, madrileños… para que se unan en una campaña para recoger medicamentos e insumos (gasas, jeringas, calzas, bozales…), y que serán enviados a Venezuela, ante la penuria que vive nuestro país hermano…

Me llama por teléfono la periodista perseguida por el régimen Madurista, Lisbeth Chourio. Que me cuenta la situación: «Pedro hay medicamentos recogidos por Lilian, Carlos… y no tienen ni cómo transportarlos, ni cómo almacenarlos, y me dicen que necesitan un espacio, un día, porque mañana se los llevan. Lilian, Carlos, y los demás, los que venían a hacerse la foto se han ido, y aquí se ha quedado todo esto».

Hablo con mi hijo Lucas, que es el director general de las empresas del Grupo, él es quien decide, y le pido que si puede mandar algún tipo de transporte, y me comenta que las furgonetas de La Sombra Producciones están fuera, que lo único que tiene es su Smart. Pero, que no me preocupe que él se queda hasta la hora que sea para poder atenderles. No sé cómo llegaron los medicamentos, pero garantizo que como muchísimo había mil kilos de celulosa y poco más de la mitad en medicamentos, que, por cierto, estaban en condiciones de una necesaria clasificación. Datos que me han corroborado desde la Fundación Cofares, que recibió la llamada de un político ECHÁNIZ, del PP, para que llevasen a la Puerta del Sol la solidaridad para la foto de Lilian y sus apoyos.

Algunos de los medicamentos estaban caducados, y no por ello envenenan, pero sí pierden efectividad. Lucas, por las trazas que vio en el traslado de los medicamentos abrió una de las salas, la puso a temperatura adecuada y esperamos a que nos llamasen ESE DÍA, para llevarse «sus medicamentos»… Pasaron los días, una semana, y a la siguiente me llama una tal Vanessa para decirme que quiere venir a clasificar los medicamentos. Se presenta el domingo a las doce, cuando habíamos quedado a las diez. Con su pareja, con dos niños (que son niños) muy bien educados, pero medicinas, niños… es una mala combinación.

No se hizo nada de selección ni clasificación. Y al lunes siguiente vino con un tal Alberto y estuvieron revolviendo cajas y dejando fuera de éstas, medicamentos tan importantes como la METFORMINA, un medicamento que usamos a diario los DIABÉTICOS. Y allí, en Venezuela, que no hay insulinas es IMPRESCINDIBLE, NECESARIO y puede salvar vidas. Bueno, pues una bolsa llena de METFORMINA, eso es todo lo que colocaron. Y, los días seguían pasando, y los medicamentos seguían abandonados a su suerte. Entre estos había varias cajas de papillas para neonatos, se han caducado…

Lo único importante: LOS PAÑALES y EMPAPADORES.

En esa reunión primera con Vanessa y Alberto, Vanessa dejó a las claras qué: «Aquel montón de medicinas es para repartir. El de los insumos es el de Lilian que vienen hoy a por ello. Los pañales son para Fabiola, que se los lleva a Miami, y desde allí los envía. Y las medicinas que sobran, ya veremos». ¡Ah!, pero sobran dije.

En esos días a través de Diego Copado, director general de comunicación de la primera empresa española de distribución y solidaridad, El Corte Inglés, hicieron llegar a petición mía, un cargamento, que si lo hubiesen medido los de los medicamentos serían cien toneladas, pero que la realidad eran algo más de quinientos kilos de comida, para ayudar a los venezolanos que llegan a España en condiciones deplorables. Sin casa, sin expectativas, huyendo de la locura… Y, a ellos también les debemos ayudar. Más, y repito, cuando los medicamentos estaban perfectamente conservados y a la espera de su clasificación para enviar. Curiosamente, lo más difícil de enviar, por volumen y peso, que eran los empapadores, era lo que más llamaba la atención de los «propietarios» de la solidaridad de todos, y estaban locos por mandarlos a Fabiola o al Chino, como contaban otros.

Mi entrevista con LILIAN TINTORI.

La tal Vanessa, que se ocupó de decir todo tipo de barbaridades, y ha vertido acusaciones gravísimas, que tendrá que demostrar en los tribunales españoles, empezó a llamarme agobiantemente… «Ya tenemos local», al día siguiente, «el local está impresentable y lo tengo que limpiar yo. Ellos se han ido, y aquí me queda el marrón». A los dos días me vuelve a llamar y le pregunto cuándo vienen los de Lilian a llevarse los insumos. Y me dice que eso no tiene nada que ver con ella, y que si quiero hablar con Lilian que la llame. Al día siguiente, de la recogida de los medicamentos, en el diario La Razón, y como demuestran las fotografías publicadas en sus acertadas páginas, hablé con Lilian, que no estaba enterada de nada de lo que estaba ocurriendo con las medicinas, ni los insumos… Luego, sin la «imprescindible» ayuda de Vanessa, pude hablar con Lilian. CASO CERRADO. Y, los insumos en la calle 15 de mayo o similar.

medicamentos

En los muchos días que iban pasando, vinieron venezolanos que habían trabajado en la recolección de los medicamentos, se sentían orgullosos, pero apenados al ver que seguía ahí después de un mes, y que sus «dueños» no aparecían. Les llamé les dije que les tenía que cobrar un alquiler, para ver si aceleraban, y Alberto me ofreció su carné para que le pasase la factura a él (¿?). Incomprensible como casi todo lo que estaba por llegar, y lo ya vivido. Los medicamentos seguían su proceso de deterioro, y ya una gran parte tenían que ir a la basura de la solidaridad.

Era viernes, creo que hace dos semanas, que la tal Vanessa me llama y dice que esta tarde a las cuatro estamos allí con un camión. Perfecto, le dije, hoy han empezado la jornada de verano los compañeros, y puede ser un buen día para pedirles que nos ayuden a colocar todo, para poderlo enviar ya. Se calla, y al rato aparece y dice que los más de veinte trabajadores que se han quedado para colocar las medicinas y poder enviarlas, que dejen todo, que ellos son los que van a hacer ese trabajo. Se marchan, y bajamos a la calle setenta y seis paquetes de pañales, medicinas, insumos… Y estuvieron en la calle más de cuatro horas al sol de justicia. Y luego se lo llevaron de a poco en un coche y otro que vino una vez. Vanessa me acusaba de no dejar salir los medicamentos. Los cargué, bajé, y coloqué con cariño, y sufrí cuando asistí a cuatro horas más de abandono, esta vez en la puta calle.

Por fin se va la solidaridad

Al día siguiente viene la tal Vanessa, y con muy malas maneras nos acusa de haber comprado cajas en el Bluespace que nos costaron un riñón, para bien protegerlo todo. Y me insulta, e intenta agredir. Lógicamente la otra parte lo contará de contrario, pero la ventaja es que existen grabaciones de todo lo que digo:

De la Temperatura de la sala
Del Almacenamiento de los medicamentos
De las torres de pañales y empapadores
De las cajas del SIGRE
De los Insumos
De las veces que los «propietarios» de la solidaridad visitaron la instalación
De las salidas de los 76 paquetes
De la retirada del resto

Si quedan asuntos por aclarar siempre estaré dispuesto a contar la VERDAD. Por suerte no me hace falta «robar» la solidaridad. De hecho, y esto se puede demostrar, soy DIABÉTICO desde hace 21 años. Todas las medicinas, insulinas, agujas, insumos, tratamientos, cámara hiperbárica… TODO, ABSOLUTAMENTE TODO lo pago de mi bolsillo. Y de las medicinas de mis hijos, de mi ex mujer… TODOS pagados al cien por cien. Hace unos días, estando todavía las medicinas en el abandono, mandé a una familia agobiada medicinas/antibióticos para salvar a su pequeña. No los pedí, los compré, y se los hice llegar. Como habría hecho llegar el resto. Ahora, son los «propietarios» de la solidaridad los que tendrán que decidir en qué mes lo mandan… ¡Qué pena, por unas fotos!

pedro aparicio pérez
director de elcorreodelorinoco.com
luchador por la LIBERTAD y amigo de VENEZUELA