Para paliar la escasez de alimentos muchos recurren a la venta de comida chatarra, pero ésta ¡cuesta un ojo de la cara!

La escasez de alimentos en Venezuela es sin duda alguna el pan de cada día, no hay otro tema que mortifique más a los venezolanos que no poder conseguir los productos necesarios para seguir la dieta básica. Ante este escenario de la repuntada escasez de alimentos muchos se han visto en la obligación de recurrir a comprar comida chatarra, ya que hacer una cola en un establecimiento comercial para conseguir nada, ya es parte de la rutina.

Los restaurantes chinos se han convertido en la primera opción de los usuarios, pues tal como reza el dicho “el pobre se llena con arroz”.  Pero en estos sitios los precios aumentaron considerablemente, pues el elemento principal del plato es parte de la grave escasez de alimentos, y cuando aparece es con un elevado incremento.

Un servicio de arroz sencillo, tiene un costo de 4 mil 800 bolívares, siendo su anterior costo 900 bolívares; para poder adquirirlo entre cuatro personas deben pagar 1200 bolívares y saber administrarlo para que todos queden satisfechos.

“Tenemos que hacer una vaca para poder comprarlo porque eso es casi que una quincena”.

“La gracia no se puede hacer todos los días, pero de hambre no nos podemos morir, para poder pagar un almuerzo ya no se puede hacer individual, el mínimo sale en 3 mil bolívares”, sentencia Andrea González, habitante de Maracaibo.

Orlando Ortega, otro habitante de Maracaibo, asegura que más de una vez se ha ido a trabajar sin la acostumbrada vianda de comida, por lo que debe saciar el hambre comiendo en la calle.

“El dolor de cabeza es por desayuno y almuerzo, en las mañanas me puedo gastar hasta mil bolívares nada más en dos pastelitos con un refresco pequeño”.

“Porque tomarse un jugo ya no se puede por lo cara que están las frutas, en el almuerzo gasto básicamente lo mismo porque comparto gastos, pero hay días que ni para eso tengo”, sentencia Ortega.

De mañana, tarde o noche las ventas de comida chatarra se han convertido en el sitio de encuentro predilecto de los venezolanos, pues las alternativas aún siguen siendo muchas a pesar de la escasez de alimentos.