Aumento del salario mínimo en Venezuela no satisface a trabajadores

Simpatizantes de oposición y oficialismo no manifiestan ningún júbilo por el nuevo aumento del salario mínimo en Venezuela.

El nuevo aumento del salario mínimo en Venezuela, más que un júbilo para los trabajadores, significa una preocupación, tanto para simpatizantes del oficialismo como de oposición.

Pese a las diferencias políticas, coinciden en que la alta inflación en el país no permite disfrutar de tales incrementos salariales, siendo este el tercero en el año, el número 15 en la gestión de Nicolás Maduro y el 37 desde la llegada de Hugo Chávez al poder.

¿Cómo quedó el aumento del salario mínimo en Venezuela? En 65 mil bolívares más 135 mil bolívares de cestaticket, con el beneficio de que este será depositado en las cuentas nóminas y no en tarjetas electrónicas como se hacía anteriormente. Los jubilados y pensionados contarán con un bono especial de 19 mil 506 bolívares, para un total 84 mil 527,40. Bolívares.

«Yo me alegraré que me aumenten el salario mínimo cuando el dinero de verdad me alcance para algo. A partir de hoy (1 de mayo) todo estará más caro, ya ni carne se va a poder comprar», opinó Freddy Rodríguez, quien asegura ser «revolucionario crítico».

«Lo que veo es que mi mamá, jubilada, va a ganar más que yo porque ahorita casi todas las empresas están pagando sueldo mínimo a todos los trabajadores, independientemente de años de experiencia o cargo», acotó Andreina Delgado, quien se define como 100% opositora.

Motivo de angustia

La mayoría coincide en decir que actualmente un nuevo aumento del salario mínimo en Venezuela es motivo de angustia y no de felicidad, pues la creciente inflación no contribuye a que tal incremento tenga un peso en la economía de los trabajadores.

«Si los precios por lo menos se mantuvieran, podría servirnos de algo ese aumento y creo que ni eso, porque ahorita con 65 mil bolívares es muy poco lo que se hace, menos los 135 mil de cestaticket porque casi todo lo tienes que comprar a sobreprecio o  precio importado», dijo Oswaldo Pereira, trabajador de Alcasa.