Bolsas del CLAP

Comunidades denuncian que luego de dos meses recibieron nuevamente una bolsa del CLAP, pero sin comida.

Mientras el gobierno se vanagloria de la entrega de alimentos con las bolsas de comida de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), con los cuales varios sectores de Ciudad aseguran haber sido beneficiados, otros alegan que después de dos meses de espera solo recibieron dos paquetes de harina de maíz. Así lo denunció Richard Ramírez, habitante de la UD-146 en San Félix, quien alegó que en la primera entrega de bolsas del CLAP, había recibido aceite, leche, harina, pasta y arroz.

“Esto es una burla. ¿Quién vive todo un mes solo con dos paquetes de harina?”, cuestionó Ramírez.

En su caso, pasaron dos meses para que su comunidad recibiera nuevamente las bolsas de comida. Otros no han corrido ni siquiera con la suerte de las dos harina.

Liliana Sánchez, habitante del sector Sierra Parima, en Puerto Ordaz, asegura que han sido dos meses desde la conformación del consejo comunal y la solicitud de los CLAP, sin que a la fecha haya llegado la primera distribución de alimentos.

Productos innecesarios

CLAP sin comidaConsejos comunales en Cambalache, Toro Muerto, La Esperanzita, entre otras comunidades de Puerto Ordaz, se han quejado de que las bolsas del CLAP no incluyen ni carne ni pollo, productos que han alcanzado precios inasequibles para las familias de bajos recursos.

“Esas bolsas de comida no traen ni un pollo o carne. A mi comunidad han llegado dos veces, y con cosas que no es primera necesidad. La última vez, además de a harina, el aceite, la pasta, el arroz y las caraotas, nos metieron un paquete de palmeritas y uno de gelatina, como si eso escaseara. De paso incluyeron perrarina, y no te la cambiaban así no tuvieses perros en tu casa”, denunció una habitante del sector Toro Muerto, quien solo se identificó como Mireya.

La concejal Dorkis Castro, por su parte, asegura que los CLAP solo han servido para el hambre y la exclusión, donde “el Gobierno decide quién come y quién no come”.