farmatodoLas colas en Farmatodo se han convertido en un clásico de la Caracas moderna, en la que se ven colas a las puertas de todos los establecimientos donde haya un «pitazo» de tener productos de primera necesidad.

Las colas en Farmatodo ya no son una novedad. O sí, porque cada vez son más largas, le dan la vuelta a la cuadra. También podría ser novedad que ya no solo están formadas por personas «de bajos recursos» sino por mujeres, hombres, ancianos y hasta niños de todas las clases sociales. Lo más lamentable es ver a bebés en brazos de sus madres pasando frío en plena madrugada.

Es el caso de la cola que se forma, cada día desde las 3 de la mañana, en el Farmatodo de Terrazas del Ávila, en Caracas, donde convergen cientos de personas provenientes de los barrios de Petare y vecinos de esta urbanización de clase media alta.

Y es que todos tienen la misma necesidad: comer y comprar medicinas, si hay. La cola que se forma es tal que a veces interrumpe el tráfico, le da la vuelta a la cuadra y hasta llega a la autopista. ¿Lo peor? que a veces la gente no sabe para qué está haciendo la cola, bien porque no hay productos ese día o bien porque al llegar ya se han acabado. Es cuestión de suerte.

«Estamos cansados de tantas colas. Ayer estuve desde las 4 de la madrugada porque me habían dicho que iban a vender papel higiénico y cuando llegué no quedaba ni uno. Estuve 5 horas en la cola y sólo me pude llevar unas galletas».

Esperanza Martínez asegura también que la próxima vez le pagará a los que guardan los cupos en la colas «porque prefiero perder el dinero que el tiempo».