El día de los muertos en Venezuela se conmemora una vez más con la mayoría de los cementerios en estado de abandono.

Honrar a los difuntos en Venezuela también se ve reflejado en la crisis, no solo económica, también en materia de inseguridad por el abandono de los cementerios que, como año tras año, llegan al Día de los Muertos sin estar totalmente acondicionados para recibir a los familiares.

Este año los cementerios tampoco están preparados para recibir a los ciudadanos. El Panteón Municipal de San Félix, en Ciudad Guayana, está colapsado y consumido por la maleza, tumbas profanadas y asfalto totalmente deteriorado. Solo las primeras parcelas, como de costumbre, han sido limpiadas.

Las quejas y reclamos de los usuarios siguen siendo las mismas, pero esta vez muchos dejarán de visitar el cementerio el próximo 2 de noviembre, Día de los Muertos.

“Cada vez que vamos a visitar la tumba de mi mamá, está llena de monte. Mi familia y yo somos los que la limpiamos y corriendo el riesgo de que nos roben, porque está alejada y la mayoría de la gente no va para esa zona, ni ese día, esas tumbas quedaron sin dolientes”, comenta Vladimir Acosta, habitante de la parroquia Chirica en San Félix.

Los familiares de los difuntos suelen describir el cementerio municipal como una selva. Por otra parte, critican que solo este y el Día de los Santos y de las Madres, haya operativo de seguridad.

“Solo vamos cuando hay operativo de seguridad, como el Día de los Muertos, porque allí siempre roban, no hay vigilantes”, dijo José Medina, habitante de la misma parroquia.

Menos gente, menos venta

Incluso, después del mediodía son raros los entierros en el lugar por la inseguridad galopante. Los vendedores de flores dan fe de ello, así como las bajas en las visitas: “Siempre viene gente, el cementerio se pone full, pero cada año es diferente. Las ventas se resuelven ese día, pero no es como antes”, comenta una vendedora a las afueras del cementerio Jardines del Orinoco, en Puerto Ordaz.

Los ramos de flores más sencillos no bajan de 2 mil bolívares. Un mejor arreglo floral puede superar los 5 mil bolívares.

“No creo que este año pueda ir. No por dinero, es más por seguridad y por trabajo, porque cae día de semana”, manifiesta Angélica Medina, habitante de Dalla Costa, en San Félix.

“Yo he dejado de ir por lo decaído que está el cementerio, honro ese día a mis padres con una misa en su honor”, acota, Briseida Michelle, habitante de la parroquia Simón Bolívar, San Félix.

Profanación de tumbas

La profanación de tumbas no es algo nuevo. Persisten las denuncias de viejas tumbas, sin dolientes, usadas para el entierro de otros difuntos, debido al colapso del Panteón Municipal.

Otras regiones del país también reseñan la profanación de tumbas, Barcelona, por ejemplo, o el Cementerio General del Sur donde robaron y profanaron la tumba del escritor y expresidente venezolano, Rómulo Gallegos.

Vendedores aseguran que el acto vandálico obedece a fines de santería, pues roban huesos y hasta han encontrado restos de animales muertos en las tumbas. De esto no se escapan ni los cementerios privados.

“Aquí más de una vez han robado las tumbas, sobre todos las del sector A. Una señora reclamó que había encontrado la lápida rota y restos de un gallo negro muerto”, comentó una vendedora de flores.

El director del Cementerio Municipal de Ciudad Guayana, Wiljerl Mata, niega actos de santería, pero reconoce el vandalismo asegurando que se trata del hurto de cabillas, manteniendo la misma promesa anual, mejorar.

En 2014 se anunció la construcción de un segundo Panteón Municipal, a ubicarse en Puerto Ordaz, justo al lado de Jardines del Orinoco, un cementerio privado. La entrega de la obra está programada para 2018.

Día de los Muertos en Venezuela

El Día de los Muertos, conmemorado el 2 de noviembre, tiene su origen en una tradición cristiana mexicana, país donde se ofrece una fiesta a los difuntos.

En Venezuela, este día es de tributo y más tranquilo. Se conmemora con misas y visitas a los camposantos, donde llevan flores a sus seres queridos, así como la ya acostumbrada limpieza.