perez abadGilberto Román, critica que el vicepresidente de Economía  Miguel Pérez Abad, indique que el país está en su mejor momento en materia económica.

Potenciar los flujos de caja hacia el país no se puede decretar, advierte el economista Gilberto Román, quien sale así al paso a los anuncios económicos del Vicepresidente de Economía, Miguel Pérez Abad. El especialista y profesor universitario sostiene que para que pueda haber inversión en Venezuela, es necesario primero crear condiciones y generar confianza y ninguno de esos aspectos desde su óptica, están garantizados.

“El Vicepresidente de Economía tiene buenos deseos y lo celebro, pero además sus anuncios se producen casi un mes después que el presidente Maduro dio a conocer la reestructuración cambiaria”.

Al referirse a lo dicho por Miguel Pérez Abad, en cuanto a que el país está en su mejor momento para accionar, apunta que éste pareciera vivir en Narnia al hacer tal comentario.

“El momento era el de vacas gordas cuando las reservas internacionales se ubicaron en 21 mil millones de dólares y el petróleo rebasó los 100 dólares por barril, en este momento nadie cree que el país esté en su mejor momento”.

Estima que para que inversionistas nacionales o extranjeros puedan arriesgar sus capitales en territorio nacional, requieren reglas claras de juego para que haya confianza, pero además, que exista sustentabilidad del modelo político.perez abad

Dijo no creer que hoy Venezuela pueda ser un país atractivo para la inversión, entre otras razones porque se mantienen indicadores de alto riesgo país.

Observa que el momento para la toma de decisiones en materia económica y de cambios de timón, fue el de vacas gordas y no hoy, cuando a los venezolanos se les está pidiendo que compren una vez por semana y siembren lo que habrán de comer, en tanto que la inseguridad mantiene en jaque a la población.

Román cree que independientemente de la nomenclatura, continúa existiendo un control de cambio que se ha mantenido por más de una década y que solo ha servido para amparar la corrupción.

“Nada indica que algo será distinto, el Gobierno está entrampado en su propio discurso”, sentenció.