maracayAunque niños indígenas en situación de calle fueron devueltos a la Sierra de Perijá, se instalaron nuevamente en Maracay.

La indigencia parece apoderarse de las calles del centro de Maracay, y las inmediaciones de la Catedral parecen ser sitio propicio para la concentración de quienes aparentemente no cuentan con familia, un techo o de quienes simplemente deben lanzarse a la calle a pedir dinero para subsistir.

Ya es bien conocido que lo espacio del Museo Antropológico de Maracay, a escasos metros de la Catedral, sirve de “albergue” para quienes están en situación de calle, por ello las condiciones que registra la edificación. La situación ahora, es que indígenas también se instalaron a las puertas de la Catedral, donde expenden sus artesanías a cambio de buscar una mejor calidad de vida.

El 22 de diciembre la presidenta del Consejo Municipal de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes en el municipio Girardot (Cmdnna), Ruth Palma, informó que unos 15 niños indígenas en condición de calle, fueron retirados para garantizarles su seguridad. Los pequeños fueron devueltos a su lugar de origen, en la Sierra de Perijá en Zulia.

Palma informaba en esa ocasión que testimonios anónimos determinaron la existencia de una mafia que aparentemente se dedica a la trata de indígenas. Aunque aseguró que las investigaciones al respecto la adelantan los organismos de seguridad, la presencia de mujeres y niños indígenas en el centro de Maracay continúa.

Es común ver como se sientan las mujeres indígenas a tejer, armar pulseras y exhiben su artesanía que incluye palos de lluvia, azabaches de diferentes tamaños y formas, zarcillos y un sin número de supuestos hijos de orquídeas de diferentes colores a los que no se les ve la flor.

Los discapacitados desamparados también piden en las calles

Más adelante otro panorama revela la crítica situación que atraviesan muchos venezolanos que están fuera del amparo de la Ley para Personas con Discapacidad.maracay

En Venezuela quienes nacen con una condición que no les permita su inclusión al área laboral, deben tomar las calles para pedir colaboración. La alimentación, adquisición de medicamentos y en general, la subsistencia, se hace cada vez más difícil en un país donde a la vista de muchos, las personas con discapacidad son un problema más que un punto de atención.

Para Yasmira Torrealba, habitante de Maracay, ya es común caminar entre hombres en situación de calle, niños pidiendo dinero y discapacitados que deben solicitar ayuda económica para sobrevivir.

“Es imposible caminar en el centro de Maracay, estar en un restaurante, en un centro comercial, donde sea, y no te llegue alguien a pedirte colaboración para comer. En el transporte público también piden dinero con récipes y hasta informe médico, eso solo demuestra la crisis que tenemos en Venezuela aunque los gobernantes se empeñen en hacerle creer al mundo que aquí todo está bien”.