Hace unos días mucha gente estaba esperando ver la gran actuación de Adrián Solano, el esquiador venezolano a quien deportaron de Francia hace ya más de un mes, cuando se disponía a viajar a Suecia para el entrenamiento requerido antes del campeonato.

Solano, EL ESQUIADOR, declaró haber sido víctima de discriminación en Paris, lo que despertó la empatía de muchos, pero con cierto recelo, más que nada, porque la verdad, es que tenemos muy poco conocimiento en el tema del esquí sobre asfalto y esquí sobre nieve, sin contar como sobrellevar las temperaturas tan bajas cuando nunca lo has experimentado.

Pero al tema, hay que reconocer que la voluntad, el brío, el arrojo de llegar y participar en un campeonato mundial sin tener idea de cómo iba a ser esquiar sobre nieve, es algo inaudito.

Yo pensé que ese muchacho por lo menos alguna vez había esquiado en nieve, pero no era así, después de su actuación y las declaraciones que hizo con tal desparpajo, no me queda otra cosa que pensar que Nicolás Maduro es una influencia tóxica para la juventud, ya que la similitud en el comportamiento de Adrián Solano me ha recordado las incongruencias del mal llamado presidente de Venezuela.

Nicolás no mide, va soltando insensateces por doquier, sea para despotricar como para alabar, son igualmente absurdos insustanciales que marean a cualquiera dentro y fuera del país, y que no demuestra más que su incapacidad mental, nada más por eso debería de ser removido de su cargo inmediatamente.

Al parecer, el esquiador como otros tantos (sobre todo los irresponsables que lo acompañan y que aplauden sus necedades), están siendo contagiados por la enfermedad de Nico, la inconciencia de no medir los actos que han puesto en peligro a una nación y que pueden repercutir en otras.

Todos podemos tener un punto de ridículo, ¡pero un punto!, no podemos permitirnos ser el hazme reír del mundo por unos cuantos, ¿Es que acaso no preparan a las misses para el certamen?, ¡eso!, algo tan elemental como desfilar, hablar en público, sonreír, etc. Aunque parezca una trivialidad es una presentación a un certamen internacional, representas a tus congéneres.

Este deporte incluye riesgos, pero Adrián Solano se lanzó, sin ningún tipo de miramientos, ¡Se lanzó a la nieve montaña abajo! (recorrido que no pudo terminar, gracias a Dios), poniendo en peligro su vida y la de otros participantes, pero ¿La culpa es totalmente de Solano? Desde mi punto de vista y si verdaderamente su entrenador César Baena, es tal, debió decirle que no estaba preparado, creo que es lo mínimo que pudo haber hecho un entrenador con sentido común y no dejarle caer en tal vergüenza viral.

Pero, vamos a intentar ver el lado positivo de este osado joven que solo tiene 22 años, aún está a tiempo de formarse, entrenarse y disfrutar de este deporte, depende de quién le lleve de la mano para sacar lo mejor de su potencial, se ha rallado esta vez, ¡Sí!, esperemos que sus padres y entrenadores lo encaminen y le hagan ver que las cosas se hacen bien y con conocimientos, antes de enlodarse en una arbitrariedad que podría perjudicar a terceros.

Esta situación debe llamarnos a la reflexión, porque no es posible que vayamos por el mundo haciendo malabares sin saber coger dos pelotas, esquiando sin saber esquiar y gobernando sin saber gobernar.

Como ha pasado a lo largo de la historia y más aún en el mundo en que vivimos actualmente, puedes revolucionar las redes de cualquier manera, por ser divertido, por ser desastroso, por ser un influencer, por ser un pacificador, y pare de contar.

Puedes recomponer tu historia Adrián, como madre te diría prepárate, entrénate, sigue luchando como lo has hecho por lo que quieres, pero no vayas descarrilado, dando tumbos y en picada como tu ignorante líder, que tiene a Venezuela en caída libre.

Te llegó el momento Nicolás Maduro, tu ignorancia pudo más, nunca has sabido lo que es vergüenza, mucho menos sentido común, tú, sí que no tienes como reparar tu historia y quedará grabada como la más nefasta del país.