convulsionesHace unos días un menor de 14 años falleció luego de presentar más de 500 convulsiones debido a que en Venezuela no hay el medicamento necesario para controlarlo; una enfermera narra lo difícil que es enfrentarse a esta situación, principalmente en los niños.

El drama está en todos los espacios de la salud, en los públicos y en los privados en Venezuela. Poder atender a un paciente que presente convulsiones es imposible en una de las más importantes y modernas clínicas del occidente venezolano, porque no hay ningún tipo de anticonvulsivos, según narra una enfermera que ha presenciado estas difíciles situaciones.

“Como no hay anticonvulsivos se le coloca oxígeno en la boca al paciente y una cánula para que no se le vaya a trabar a la lengua. Cuando pasa el episodio se le pone un calmante al paciente, porque queda con un fuerte dolor de cabeza debido al desgaste de neuronas”, así lo explica la licenciada en enfermería, con más de 30 años de experiencia, Honoria Valderrama quien asegura que la manera como se están manejando las convulsiones en el país es nefasto.

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¿En el caso de que la convulsión ataque a un niño de corta edad, qué hacen en las actuales circunstancias sin el medicamento?

-“En un niño una convulsión puede ser grave y generar retraso mental y psicomotor. Puede desencadenar otras cosas, su estado intelectual, su crecimiento. Modifica la vida de un niño de manera importante sino se atiende como es”.

Explica la profesional de la salud que si un niño convulsiona muy seguido, 20 veces en 24 o 48 horas, sin recibir el tratamiento requerido, corre el riesgo de morir.

La esperanza se esfumó

La esperanza de muchos venezolanos de ir a comprar medicinas en Colombia se frustró, dice una señora que pidió no ser identificada. Contó que presenta convulsiones aproximadamente una vez a la semana y está sin tratamiento. Los episodios –narra- ahora son más seguidos, en su caso particular.

Los anticonvulsivos, refiere la enfermera, son recetados con frecuencia por los médicos para tratar a personas con trastorno bipolar, ciertos tipos de dolor generados por neuropatía o traumatismos, y fibromialgia.