mujer venezolanaUn doctor en ciencias humanas e investigador de la evolución de las mujeres en el país, afirma que la mujer venezolana es la nueva esclava del Siglo XXI.

“El Estado antisocialista comete grandes injusticias con la nueva venezolana del siglo XXI”. El cuerpo de la mujer venezolana está sobre explotado, de acuerdo al análisis de Luis Meléndez doctor en ciencias humanas e investigador del género femenino en Venezuela quien dice que la mujer de hoy, en este país, debe trabajar, estudiar, atender el hogar y ahora está obligada a un nuevo y denigrante trabajo, las colas para poder comprar el consumo de primera necesidad propio y de su familia.

Luis Enrique Meléndez, quien tiene décadas estudiando el género femenino y su evolución en el país, dice que es uno de los peores momentos para las mujeres porque deben sobrevivir en circunstancias caóticas de inseguridad, escasez, pobreza y severos controles.

Esclavitud es obligar

“La esclavitud no la podemos ver como hace tres o cuatro siglos atrás. Es una resignificación de la esclavitud lo que pasa hoy. Psicológicamente cuando la mujer tiene que estar sometida a un sistema de producción, no por libertad, sino obligada a hacerlo sin seguridad, ni mejoramiento económico y violentada a estar en la calle durante 12 horas de pie en una cola expuesta al calor, lluvia, hambre, sin actividad social, encuentros agresivos de grupos cuando empiezan a colearse, a la violencia de las exigencias de un supermercado y además, ella tiene que ser cómplice de su propia victimización, entonces se convierte en una mujer esclava”.

Meléndez afirma que se tienen diversas formas de asumir la crisis venezolana, pero en todos los casos están generado un impacto negativo en cada mujer y el daño está recayendo sobre todo en su cuerpo y bioseguridad.

“La cotidianidad la lleva a estar en la calle determinada por las exposiciones climatológicas y la inseguridad. La mujer tuvo que replantearse su vida y su trabajo. Una trabajadora de servicio doméstico, por ejemplo, deja su empleo porque gana más haciendo una cola y revendiendo los productos. Su proyecto de vida cambió”.

Víctima y cómplice

“Ya la venezolana no está buscando proyectos laborales de mejoramiento humano, ese tiempo lo invierte en buscar productos y debe competir con otras mujeres y hombres”.mujer venezolana

Hace un análisis minucioso de las mujeres que se dedican a la reventa de productos o “bachaqueo”, quienes asumieron la crisis con una ocupación de inmediatez sin reconocimiento social, ni seguridad.

“Muchas se convirtieron en un ser instrumental usado para hacer la cola, comprar y revender. Una mula, en el tema del mercado y es cómplice de su propia dominación”.

Las acaba el cansancio

Uno de las grandes afectaciones que está sufriendo la nueva “esclava” venezolana, es cansancio. Lo asume en silencio la mayoría de veces. La jornada laboral de la mujer –dice Meléndez- no termina en la casa, continúa en su trabajo formal y sigue en su nuevo trabajo: “la calle en una cola”.

Esta realidad –afirma- satura la mujer venezolana que sufre una sobre explotación del cuerpo que le genera cansancio, le genera una situación de miedo por la inseguridad, el desarrollo de la agresividad social que no sólo se extrapola en las colas, sino también en el hogar. “La frustración, en cuanto a su desarrollo personal, porque ella tiene que hacer algo que no le beneficia en su proyecto de vida, pero que está obligada a hacerlo, por ella y su familia. La mujer está siendo violentada por el Estado”.

Diferentes generaciones sufrirán las consecuencias

La situación agresiva contra la mujer venezolana de hoy generará consecuencias en diferentes generaciones porque se afecta la mentalidad de los niños y niñas, ellas son instrumentos que muchas veces usan porque están metidos en el sistema y también van a la cola: “Las niñas están viendo a una mujer irrespetada que tiene que resistir obligada el maltrato que le da el Estado, el supermercado, la calle”.

No hay libertad de optar entre sí se hace o no la cola, o se compra a sobreprecio porque la otra opción es no comer y no poder tener los elementos e instrumentos necesarios para sus actividades diarias y las de su familias.

El perfil del expertomujer venezolana

Luis Enrique Meléndez Ferrer es doctor en Ciencias Humanas, Magister Scientiarum en Educación. Profesor e investigador universitario enfocado en estudios feministas, investigaciones sobre mujeres y géneros en la Universidad del Zulia (Venezuela).