Haciendo retrospección en el gentilicio venezolano, todos por igual, me apesadumbra reconocer que siempre hemos sido una sociedad con muchas miserias, como en toda regla, con algunas excepciones, pero sin embargo cito una frase que solía decir mi abuela, “Hay personas que son como los perros, el que no muerde patea”.

Aunque suene muy cruel es la pura realidad, más aún cuando hay seres estupendos que nada tienen que ver con este comportamiento, obran con humildad y honestidad, entregando lo mejor para ayudar sin ningún tipo de interés y les pagan con el peor de los tratos, en este sentido, es normal que exploten ante las injusticias.

La situación actual del país por la apología a favor de el comandante galáctico, responsable de sembrar el odio infinito y la lucha entre hermanos, ha dejado como consecuencia una mentalidad fría, maquiavélica, perversa y calculadora en muchos, que nos ha colocado en un estatus muy por debajo de donde estábamos, ¡ojo!, pero no solo económicamente (aunque a algunos esto no le ha afectado), sino empática y moralmente.

Una cosa es muy explicable, sin lugar a duda hay un estado extremo de necesidad y cada quien lucha por su supervivencia y la de su familia, pero esto no es excusa para humillar, amedrentar y pisotear a los demás, aprovechando al mas débil para jugarle el paquete chileno sin ninguna vergüenza.

¿Qué ha pasado con ese pueblo noble y respetuoso de los valores que nos inculcaron?.

Las vivencias de cada uno de los venezolano es distinta, sea dentro o fuera del país, imagino que cada quien tendrá su carga en los hombros, simplemente hay que cargarla hasta que llegue la oportunidad de soltarla, pero ¿A cuenta de qué tenemos que pasarle el peso de nuestra carga a otros que nada tienen que ver?.

Jugar con la necesidad del pueblo es algo vergonzoso, aprovecharse de la situación personal de los venezolanos dentro del país y de los que tratan de subsistir en cualquier parte del mundo para sacar un beneficio particular, no tiene perdón, pero ese es el legado de Chávez, y que muchos que no tienen que ver con este señor están haciendo lo mismo que tanto critican.

¿Por qué no retrocedemos un poco y recordamos lo mucho que ayudamos y como abrimos las puertas a inmigrantes que llegaron a nuestra tierra?, y muy al contrario, ahora nos damos portazos en la nariz y huimos de encontrarnos y tratar de ayudarnos nosotros mismos. Tiendes una mano y te agarran el brazo para hundirte con ellos en falsedades e injurias.

Lamentablemente si no empezamos a cambiar la mentalidad egoísta que tenemos, si no dejamos a un lado los intereses particulares y no perdemos la conciencia de saber que no todos somos iguales a los malvados, nos destruiremos unos a otros como ya lo han hecho con Venezuela y le daremos de recompensa al régimen lo que tanto han deseado (a parte de las riquezas), la desaparición del venezolano con valores, trabajador, emprendedor, inteligente y echado pa´lante.

¡Animo, la esperanza nunca se pierde!