comidaEn el Zulia no hay comida, a pesar de que juraron que garantizarían los alimentos con el Sistema Superior de Abastecimiento Seguro.

No hay comida ¿De qué sirve entonces el mal llamado Sistema Superior de Abastecimiento Seguro? Lo que al principio era una medida contra el bachaqueo para supuestamente garantizar a todas las personas los productos de primera necesidad, sobre todo aquellas que cumplen horario laboral, se convirtió en otra leyenda urbana porque los trabajadores no consiguen los alimentos.

Las autoridades aseguraron que con ese sistema habría una distribución equitativa y que los trabajadores que no pudieran andar de cola en cola cazando los productos de primera necesidad, tendrían con absoluta y plena seguridad a los alimentos casi que esperándolos en los anaqueles.

Pero la realidad, cruda como acostumbra ser, es otra, pues los zulianos salen de sus trabajos y al llegar a los supermercados se encuentran con el rutinario escenario de escasez y una de las tantas “colas sabrosas”, como las define la ilustre Jacqueline Faría.comida

Una trabajadora de la roja rojita gobernación del Zulia, que pidió no ser identificada, se desahogó con El Correo del Orinoco y catalogó como «una mentira» lo que tanto vociferan sus superiores al prometer comida cuando no la hay.

“Todos estamos claros que no hay comida, en cualquier momento ya no vamos a aguantar ¡El hambre nos va a hacer gritar! Aquí estamos haciendo cola a ver qué hay y la realidad es que no hay nada”.

Esta ciudadana también señaló que anteriormente gozaba de mercados populares que hacían en la planta baja del ente para el cual trabaja, para evitar que los obreros se ausentaran de sus labores para ir a hacer cola a los supermercados, pero señaló que al igual que la comida, los mercadillos desaparecieron.

“Ya basta de contemplaciones, ellos tienen que buscar una solución urgente o van a tener que dejar que lo hagan los que sí están capacitados para salir de esto, porque así no se puede vivir».

«Uno pasando hambre y ellos nada más con Chávez en la boca ¡Yo no como de Chávez y mi familia tampoco!”.