Este es el titulo del libro que Leopoldo López escribió desde la cárcel militar de Ramo Verde, donde se encuentra recluido desde el 18 de febrero de 2014. Fue publicado por la Editorial Península del Grupo Planeta y presentado, con amplia repercusión mediática, en la sede del gobierno de la Comunidad de Madrid.

«Preso pero libre» es un libro esencial para comprender lo ocurrido, durante los dos últimos años, en la tormentosa vida política de nuestro país. A través de él conocemos el día a día de un preso político venezolano, de cómo se organiza para ser resiliente, es decir, capaz de adaptarse a esa nueva situación adversa que lo afecta directamente a él y a su familia. Pero también descubrimos a un hombre que, al asumir su lucha política, se hace cada vez más fuerte, esencialmente en lo más profundo de su ser. Fuerte en su voluntad de mantener incólume su dignidad; fuerte en sus profundas convicciones, tanto personales como políticas; fuerte en su visión de lo que ha de ser Venezuela y hacia que democracia debe enrumbarse.

En el libro también se deja constancia del comportamiento perverso y maligno de ciertos militares directores de Ramo Verde, que guiados por su afán de ganar méritos ante sus superiores e incapaces de medir las consecuencias de sus actos, ya sea por carencia de educación o ignorancia de acuerdos internacionales, en particular los relativos a la promoción y defensa de los derechos humanos, actúan de manera bárbara no cónsona con el trato que se debe dar a un preso y más particularmente político.

Una de las frases que llama la atención del lector es la siguiente: “Algunos compañeros de la oposición, por temor o ignorancia, piensan que la lucha no violenta es pasiva, es contemplativa, es complaciente. Todo lo contrario”.

Esta frase es parte importante de las reflexiones de Leopoldo López sobre los riesgos de la lucha por la libertad, en su libro “Preso pero libre”. Ellas están contenidas en el capítulo 7 del libro, que constituye en si mismo, y ello sin quitarle méritos a los otros capítulos, el meollo del libro. Leopoldo reflexiona y analiza las razones de su lucha política, que ha estado influenciada en mucho por hombres como Rómulo Betancourt, Nelson Mandela, Martín Luther King y Mahatma Gandhi.

Para lograr los cambios profundos que requiere el país, Leopoldo llega a la conclusión de que es necesario asumir riesgos. Esto es fundamental para derrotar el miedo paralizante frente a la administración del terror por parte del régimen, e incita a otros dirigentes de la oposición a que sean capaces de asumir riesgos. No obstante, los riesgos los asume en el contexto de la lucha no violenta, que es “irreverente y desafiante”.

El más grande exponente de la filosofía ético-política de la no violencia fue Mahatma Gandhi, y a través de ella logró su objetivo, la independencia de la India. Para él la no violencia no puede entenderse como pasividad ante ciertas situaciones, por el contrario, ellas deben enfrentarse mediante la utilización de métodos no violentos. Estos pueden ser la desobediencia civil, la huelga de hambre, la protesta, la no colaboración, la huelga o la manifestación pacífica como hizo él, acompañado por una multitud, en la famosa Marcha de la Sal. También la utilizó Martín Luther King, en su célebre Marcha sobre Washington que concluyó con su célebre discurso “Tengo un sueño”. Ciertamente y ello es lo esencial, la no violencia rechaza la violencia ya que ésta engendra violencia.

Según Leopoldo López, la democracia debe promover, permitir y garantizar que todos los derechos sean para todas las personas. Para ello son esenciales tres condiciones. En primer lugar un Estado que asuma plenamente sus responsabilidades en materia de educación, salud, seguridad social, seguridad ciudadana, etc. En segundo lugar, una justicia independiente que garantice que ningún ciudadano quede excluido de sus propios derechos. Y finalmente, que las organizaciones sociales y los propios ciudadanos defiendan permanentemente sus propios derechos.

En la Venezuela de hoy no circula este libro por temor a su contenido. Es un escrito de un hombre libre que lucha por la promoción y vigencia de la libertad en una sociedad democrática, en la que cada individuo pueda ejercer y disfrutar plenamente todos sus derechos, sean estos políticos, sociales, económicos, culturales o públicos. En fin, un país nuevo, un país distinto al que conocemos desde hace 17 años.

@fernandogerbasi