El proceso revocatorio desbordó a la población en su deseo de cambio y al igual que el 6 de diciembre hicieron de las colas una fiesta.

En tiempo récord fueron obtenidas las rúbricas para solicitar al Consejo Nacional Electoral (CNE) la convocatoria al proceso revocatorio con miras a la consulta popular para sacar del mandato al presidente Nicolás Maduro. A Anzoátegui le correspondía aportar el 1% del padrón electoral, equivalente a 10 mil 501 firmas, sin embargo, el volumen de rúbricas se multiplicó hasta ubicarse sobre las 100 mil al segundo día de la consulta.

Esta tendencia es nacional y pone de relieve una vez más el deseo de cambio de una población que se siente agobiada por problemas que se han vuelto crónicos, como la escasez de alimentos, medicinas, inseguridad, deterioro de los servicios básicos como agua, electricidad, entre otros.

Una luz que se enciende ante la desesperanza

Eloína González tiene 73 años de edad y asegura que los últimos 17 años han sido los perores de toda su vida. “Firmé por el futuro de mis nietos, porque sé que con este Gobierno tienen cerrada toda posibilidad de crecimiento”.

Ella sostiene que sigue de cerca todo cuanto dice el presidente de la República, subrayando que hay que escucharlo para picarle adelante.

“Ese señor está viendo que el país quiere que renuncie, que se vaya y es incapaz de tomar una decisión que le permita al menos una retirada decente”.

Como anzoatiguense afirma que el estado no ha dado pie con bola desde que el chavismo llegó al poder, aseverando que todos los gobernadores han sido ineficientes. “Anzoátegui es un estado petrolero, pero de nada nos ha servido porque los beneficios los han  tenido sólo los corruptos”, afirma sin tapujos para añadir que mientras tenga vida luchará para que se produzca el cambio en Venezuela. “Espero verlo pronto”.

Es falso que los pobres sean rojo rojitos

Si algo ha quedado en evidencia luego del 6 de diciembre y de la jornada de recolección de firmas para para activar el proceso revocatorio contra Maduro, ha sido el talante democrático del pueblo venezolano, pero además su gallardía para luchar por lo que desea.

Alfredo Castillo es dirigente vecinal y militante del partido Acción Democrática, según expresa, el Gobierno ha pretendido hacer ver que los pobres están con la revolución, lo cual expresa, pudo haber sido así en una época, pero que actualmente es una gran mentira.

Para ilustrar su aseveración, señala que el sector donde reside, llamado El Viñedo, constituye una de las barriadas más grandes del estado, con 80 mil habitantes aproximadamente y hasta hace 2 años, era considerado un bastión del oficialismo.

“Esa zona era roja rojita, ahí la gran mayoría era chavista, pero eso cambió, ahora la gente no quiere saber nada del Gobierno porque han palpado que no ha hecho nada por mejorar su calidad de vida, al contrario dijeron que acabarían con la pobreza y tienen razón, porque nos están matando”.

Alfredo ha participado activamente en la recolección de firmas en su comunidad para activar el proceso revocatorio y asegura que hará cuanto esté a su alcance, por lograr que Maduro sea revocado.

“El pueblo tiene hambre, está cansado de hacer colas y de vivir a merced de la delincuencia”, sostiene tras subrayar que la localidad donde reside, en las afueras de Barcelona, está considerada como zona roja, por la inseguridad.

El Gobierno de Maduro tiene sus días contados: El proceso de revocatorio va

Tirso González, profesor de la Universidad de Oriente y coordinador del partido Un Nuevo Tiempo, afirma que la participación masiva de la población en la jornada para la captación de rúbricas indica que los venezolanos están ávidos de cambio.

“En esta etapa final queda claro que el sentimiento generalizado es salir de este régimen totalitario, autoritario y hambreador. No obstante, advierte que es necesario tener calma y ponderación, para no pisar el peine de la violencia, porque ése es el plan del Gobierno.

El catedrático estima que el Gobierno ha utilizado la escasez y la inseguridad como mecanismos de control social, para tratar de mantener controlada a la población, poniendo de relieve que poco le importa el bienestar de la población. “Este es un Gobierno indolente y corrupto al que solo le importa continuar en el poder, pero tiene sus días contados”.