Son muchas  las  experiencias de personas  que han vivido la transformación de un pueblo, que de   la Dictadura paso a la Cuarta República y de esta a la Revolución. Una persona me dijo, recordar es vivir, espero que no se cometan más errores.

En conversaciones el fin de semana con un grupo de personas, quedé asombrada de cómo se expresaba uno de los asistentes que se encontraba cerca de nosotros y que había trabajado tanto para gobiernos de la cuarta república como también para el oficialismo.

Era desconsolador escuchar las vivencias y experiencias de este señor, porque se notaba en su expresión y ademanes la diferencia tan radical de lo que contaba de unos y de otros. Se emocionaba tanto que nos contagiaba. En algunas anécdotas sonreía, en otras se entristecía, también nos hizo sentir su rabia y dolor por los desaciertos en estrategias políticas mal gestionadas, me imagino que esto es lo que se siente después de haber vivido y trabajado para diferentes modelos gubernamentales, muchas veces frustrantes.

Nos decía que cada uno de los gobernantes tenia lo suyo, por supuesto, que en un país tan joven como lo es Venezuela y más aún en los años en que nació la Cuarta Republica (en el año 1958, tras el derrocamiento de Marcos Pérez Jiménez), se dio un giro de 360 grados en la concepción de un nuevo país.

“Con Pérez Jiménez, se hicieron grandes obras, se habían logrado muchos cambios en la modernización de la estructura urbanística de Venezuela, la seguridad era impresionante, la verdad, que este hombre era un visionario y tenía muy claro que quería hacer lo mejor para el desarrollo y evolución del país. Lo negativo la represión del pueblo en todos los sentidos, si tu no compartías sus ideales y total pensamiento, eras perseguido, torturado y encarcelado. Era un Dictador”

Este análisis me llamo muchísimo la atención, porque quizás olvidamos muy pronto o nos pasaron el chip de pequeños, pero la verdad hay que reconocerla. Pérez Jiménez sentía amor por el  país y lo demostró con su aporte a la la construcción de obras como, las Autopistas Francisco Fajardo, la Caracas – La Guaira, Regional del Centro, El Centro Simón Bolívar, Las torres del Silencio, el Circulo Militar de Caracas la Urbanización 2 de Diciembre (actualmente 23 de Enero), Paseo los Próceres, y para usted de contar.

“Cuando se instauró la democracia, en la llamada cuarta república, también hubo un cambio sustancial en la economía del país, pero lo que más nos interesaba al pueblo era libertad que tanto anhelamos en esos años del miedo que había sembrado la dictadura. Se nacionalizaron las empresas petroleras y nació PDVSA, una de las empresas más importantes del mundo. Venezuela se convierte en país fundador de la OPEP, el avance tecnológico es puntero en América latina, es el florecimiento de las organizaciones políticas y democráticas, el arte y la cultura pasan a tener una mayor importancia en la sociedad”.

Recordando este tipo de cosas, me vino a la mente la pluralidad de pensamientos que rondaban en las reuniones familiares, la abundancia en las calles, cuando se viajaba solo por placer o para realizar estudios, ya que la educación tanto pública como privada estaban catalogadas como una de las mejores de Sur América. La sociedad era la más feliz del mundo, las plantas automotrices funcionaban perfectamente y se podía comprar el modelo de carro que quisieras del mercado, la producción agropecuaria era alta, la salud funcionaba correctamente, el mercado nacional e internacional estaba en constante movimiento.

No ocultamos que también se cometieron muchos actos de corrupción, pero no a los márgenes de ahora, se veían las obras de los gobiernos, el país estaba dentro del listado de paraísos del mundo por sus bellezas naturales, de infraestructura, sus teatros, museos, parques, etc.

“No les niego que cuando Hugo Chávez entró al poder, venía con muy buenas ideas. Quería ser el mesías que cambiaría el destino que estuvo atravesando el país en los años 90, pero que con la caída de los precios del crudo era inevitable el endeudamiento, si, fue un error la gestión de Carlos Andrés Pérez para ese momento, pero quién realmente terminó de poner la torta y enfurecer al pueblo fue Rafael Caldera. Por eso gana Chávez, por eso le dan la espalda al bipartidismo”.

Es increíble como puede cambiar la historia de un país tan voluptuosamente, pasar de la opulencia y bienestar a la miseria y destrucción. El hombre que llegoó a Miraflores con su revolución,  con buena voluntad y buenas ideas se dejo seducir por el poder, lo que lo llevó a él a la muerte y a nosotros a la ruina.

Siempre es bueno recordar para no cometer los mismos errores.

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