Personas en condición de protección internacional, han denunciado la violación de sus derechos humanos por parte del persona de la Fundación Dianova.

Maltrato verbal, físico y psicológico es lo que han denunciado varias personas de nacionalidad venezolana, quienes por su condición de solicitantes de protección internacional, se encuentran residiendo en la ONG Fundación Dianova, a 60 kilómetros de Madrid.

Las mujeres que no han querido revelar su nombre por temor a represalias, aseguran que desde hace más de tres meses el personal de integración social de esta fundación subvencionada por el gobierno español en la que residen unas 70 personas, las ha insultado y denigrado al llamarlas en reiteradas ocasiones «muertas de hambre» en relación a la situación de desabastecimiento de alimentos que se vive en Venezuela.

Las mujeres cuyas edades van comprendidas entre los 19 y 50 años de edad, también han sido amenazadas con no ser pasadas a la segunda fase de la protección internacional, (integración a la sociedad) si denunciaban las vejaciones que allí se presentan.

«A mi, a mi madre y a mi hermana nos maltratan, tanto los cocineros como las integradoras sociales. Cuando vamos a la cocina hasta nos arrancan los platos y nos dan malas contestaciones ofendiéndonos», relata una de las venezolanas, quien señala además que cuando ha estado enferma, no le han prestado la debida atención.

Otra de las afectadas a quien llamaremos Virginia, relató que una de sus hijas de 12 años con la que se encuentra en el refugio,  presenta problemas de gastritis y no puede comer algunos de los alimentos que allí se les da y que se lo ha comunicado para que se le haga un cambio en la dieta de la menor; sin embargo una de las trabajadoras sociales le dijo que no debían quejarse de la comida que le daban porque en Venezuela estaban peor.

«Me dijo que ella no entendía porqué si en Venezuela hay problemas de comida nos quejábamos y que además mi hija estaba gorda y que le vendría mejor que no comiera para que rebajara».

Mala gestión en Dianova

En la Fundación Dianova, no solo conviven personas solicitantes de protección internacional, sino que también residen personas con problemas de drogadicción y refugiados de diferentes nacionalidades. Los venezolanos  que se han atrevido a denunciar esta situación, comentan que también quienes albergan en el lugar las han atacado.

«Un muchacho árabe una vez intentó quemarme el cabello con un mechero, otro día me estaba comiendo una manzana y un hombre me la quitó y me la lanzó por la espalda» dijo la joven quien señaló haber denunciado estos hechos ante los trabajadores sociales pero la situación ha seguido igual.

Virginia, quien solicitó resguardo en España luego de haber huido de su país tras un intento de asesinato por parte de su ex pareja, permanece refugiada con sus hijas de 12 y 20 años. Refirió que en este centro se producen continuas peleas, que muchas veces llegan a brutales golpisas y que algunos casos su niña ha quedado en medio de las trifulcas.

«Yo estoy muy nerviosa y me he medicado para poder dormir, porque los sirios que viven ahí se la pasan amenazando que le van a sacar la gasolina a los coches y que van a explotar Dianova, ellos también están molestos y es su manera de expresarse».

Relata que debido a toda la situación que están viviendo, su hija de 12 años tiene temor de ir a la escuela por no dejarla sola en el refugio y su otra hija de 20 años dice estar desconcertara y deprimida: «no se que hubiese sido mejor, si habernos quedado en Venezuela con esa persecución o  habernos venido para acá».

Al consultarle a las afectadas si el personal administrativo y directivo está al tanto de todos estos conflictos, aseguraron que sí están en conocimiento, tanto el director del centro Cayamba Chiche, como otros responsables de la institución.

Dianova asegura no estar enterado

elcorreodelorinoco.com se entrevistó con el director de la Fundación Dianova, Cayamba Chinche y la directora del área de Gestión de Personas, Rosa Frías, quienes aseguraron no estar enterados de las agresiones físicas y verbales a las que han sido sometidas estas venezolanas que residen en la ONG.

En la reunión en las que estuvieron presentes Alberto Casillas y Luis Manresa de la Asociación Venezolanos Unidos, en representación de las personas afectadas, le plantearon la situación a los directivos, quienes se mostraron sorprendidos por las denuncias que allí se presentaron.

Aunque asomaron estar en desconocimiento de la situación y aseguraron que hablarían con el personal de la institución, se dejó ver que con otros casos de personas de otras nacionalidades que también se han quejado del trato del centro, han tomado represalias.

Luis Manresa, quien también es secretario general de AD en España, aseguró que como venezolano, no aceptará que nada nadie agreda a un paisano en el exterior, por lo que continuará defendiendo y denunciando la violación de los derechos humanos en España.