El gobierno venezolano fabricará a partir del año 2019 fusiles de asalto Kalashnikov, también conocida como AK-103, según informó este miércoles el ministro Defensa Vladimir Padrino López.

«La fábrica empezará su trabajo antes de finales del año que viene (…) Los trabajos de construcción están en marcha» y, según explicó, «la planta es de importancia estratégica para la independencia de Venezuela y sus Fuerzas Armadas», dijo el ministro durante negociaciones con su homólogo ruso, Serguéi Shoigú.

Esta no es la primera vez que se anuncia sobre la fabricación del cargamento, en el 2017 el vicepresidente del Área Económica venezolano, Wilmar Castro Soteldo, dijo que la producción de los fusiles se produciría en el 2018.

En mayo de 2005, el Ministerio de Defensa de Venezuela firmó un contrato con la compañía rusa Rosoboronexport para comprar 100.000 fusiles AK-103, así como las maquinarias y la tecnología necesarias para producir localmente la munición.

En junio de 2006 el Gobierno recibió su primera dotación de 30.000 fusiles. Un segundo embarque de 32.000 fusiles AK-103 en agosto. El tercer y último cargamento arribó en noviembre de 2006.

Según un medio local, la fábrica dedicada a la producción de los fusiles AK-103 se creará en Maracay. Igualmente, crearán otra empresa para la fabricación de los cartuchos.

El fallecido presidente venezolano, Hugo Chávez, fue el impulsor de este proyecto producto de un acuerdo de venta de armas y cooperación militar firmado por su homólogo ruso Vladímir Putin en el 2006.

El fusil de asalto AK-103 es una versión modernizada del Kalashnikov AK-74. Este rifle usa cartuchos de 7,62 mm, pesa 3,6 kilogramos, tiene capacidad para 30 balas y una cadencia de tiro de 600 disparos por minuto.