La Encuesta sobre Condiciones de Vida en Venezuela (Encovi) presentada este miércoles reveló que de 6.168 hogares consultados en todo el país, un 64% de los encuestados venezolanos reporta haber perdido un promedio de 11 kilos en el último año por no poder acceder a los alimentos.
Reseña El Universal que la Encovi, presente cada año desde 2014, se realizó con información obtenida entre los meses de julio y septiembre por lo que los investigadores han dejado claro en el día de su presentación que estos resultados no reflejan el efecto que ha tenido el fenómeno de la hiperinflación que empezó en octubre, sobre los venezolanos.
«Hay un promedio de 64% de personas que reporta una pérdida de peso de 11 kilos en el último año», dijo la médico Marianella Herrera, de la Universidad Central de Venezuela (UCV) con postgrado en Nutrición Clínica de la Universidad Simón Bolívar (USB).
Herrera explicó que el 61% de los consultados dijo que se había «acostado con hambre» porque no contaba con suficientes alimentos y el 90% dice que su ingreso «no es suficiente» para comprar los alimentos necesarios.
Además, el 78% de los encuestados dice que no se consiguen muchos de los alimentos de la cesta básica.
Los resultados presentados por la experta en nutrición indican que el 63% de las personas ha practicado la «estrategia» de «rendir los alimentos en el hogar» al eliminar comidas o recortar las porciones en los platos.
«Hay un 20% que no desayuna y las meriendas están prácticamente eliminadas» mientras que «70% dice que no alcanza para comprar comida saludable y balanceada».
Herrera agrega que en definitiva, «80% de los hogares presenta algún grado de inseguridad alimentaria», lo que significa que se han identificado con tres o más de las variables anteriores que tienen que ver con acceso, costo o calidad.
«Tenemos reportes dramáticos de madres decidiendo a cuál niño es que va a alimentar hoy (…) eso está ocurriendo», comentó.
Por otra parte la especialista señala que los venezolanos están perdiendo el sentido de lo que es una «comida completa» pues con frecuencia los platos carecen de balance nutricional.
«La dieta tradicional continúa perdiendo cantidad y calidad, destaca la disminución del aporte de harina de maíz y la que se expende en su mayoría es importada y no está enriquecida tal cual exigen las regulaciones nacionales», dijo y agregó que las normativas sobre nutrición «solían ser sumamente rigurosas».
Destaca, en este punto, que actualmente se observa «una desmejoría en la calidad de los productos» que está consumiendo la población y que «la dieta se centra en arroz, maíz, harina de trigo, tubérculos» y las fuentes de hierro y otros micronutrientes se han reducido.