Una denigrante imagen se produjo esta semana en el asfalto de la autopista de Puerto Cabello por intentar llevar azúcar a casa y es que la profunda escasez y una de las inflaciones más altas del mundo, han sumido a Venezuela en la peor crisis de su historia republicana. Ya no solo se trata de largas colas bajo el inclemente sol, mendigar bolsas de comida de los Clap, sino de saqueos, sacar comida de la basura y hasta arrastrarse por el suelo de la calle a recoger productos derramados.

A inicios de esta semana en la autopista de Puerto Cabello un camión de azúcar derramó el producto por la vía accidentalmente y en cuestión de segundos se produjo una estampida. En otros tiempos se hubiese pensado que sería de hormigas, que, llamadas por el dulce habrían llegado rápidamente a subirse por las montañas de azúcar que yacían en el suelo. Pero en estas épocas de revolución en pleno siglo XXI, la aglomeración fue de decenas de personas, entre adultos y niños, se abalanzaron sobre el anhelado producto que escasea tanto en las casas como en taguaras y restaurantes.

¿Quién no quiere un café con azúcar? ¿O un jugo dulce?…

Con bolsas, papel periódico, bolsillos abiertos o cualquier cosa que sirviera para cargar con el azúcar derramada, se apostaron en la autopista de Puerto Cabello y se llevaron «el oro blanco» de estos tiempos.

Otro logro de la revolución bonita que empezó el intergaláctico y que continúa el disfraz de Miraflores: hacer que la gente se arrastre para poder comer.