El bono de Semana Santa que prometió Nicolás Maduro a través del Carnet de la Patria mantiene en ascuas a mas de un beneficiario, pues este no llega.

Bono de Semana Santa. El vicepresidente de la República Bolivariana de Venezuela, Tareck El Aissami, informó este miércoles que el bono de Semana Santa para la mal llamada “protección del pueblo”, llegará a 10 millones de venezolanos.

Indicó que el bono de Semana Santa ha llegado, supuestamente, a 8 millones de venezolanos, por lo que el presidente Nicolás Maduro ordenó asignar dos millones más de bonos.

El Aissami recordó que el sistema de bonos forma parte de los beneficios sociales para la protección de las familias venezolanas a través del Carnet de la Patria.

También anunció que, al concluir la Semana Mayor, el mandatario nacional firmará el punto de cuenta para llegar al 100 % de pensionados en el territorio nacional.

Realidad versus ficción

Muchos continúan a la espera del bono de Semana Santa desde el anuncio días atrás del presidente Maduro, cientos de personas registradas en el Carnet de la Patria iniciaron el acostumbrado trámite de solicitud. La descarga de la aplicación veQR ha sido una de las más demandadas por los usuarios quienes al llamado de Maduro activan sus teléfonos, si no han sido victimas de la delincuencia, para escanear los códigos.

Para 8 millones de venezolanos habría un saldo de 700 mil bolívares, sí, tal como el bono para embarazadas, bono de Reyes, el bono del Día de la Juventud, bono de Navidad, bono de Carnavales es este bono de Semana Santa, pero, al igual que en otras oportunidades los beneficiarios aseguran que el mismo todavía no les ha sido asignado.

Bono de Semana Santa Patria gob veEntre tantas victimas del hambre inducida por la Izquierda Antimperialista y profundamente chavista se encuentra Grace Ordoñez; ella asegura que obtuvo su Carnet de la Patria el pasado año, y que hasta la fecha solo ha podido cobrar “la protección social de Maduro al pueblo” en una sola oportunidad.

“Me saqué el Carnet de la Patria porque pensé que en cualquier momento nos lo exigirían hasta para poder comprar comida, y para allá nos llevan. No soy del Gobierno, pero de ese dinero me debo aprovechar para lo único que lo puedo usar que es para comida, porque al final ese dinero es de los venezolanos”, asevera Ordoñez.

Sin cena de Navidad, pero sí con bono de Reyes, Ordoñez revela que se quedó esperando por los 500 mil del bono anunciado en diciembre el cual utilizaría en adquirir materiales para la preparación de un pasticho la misma noche en la que nacía Jesús. Pero no solo nacía El Salvador sino también su hambre.

“Hasta el último momento esperé por el bono y nada que llegó. Ese dia se rompió la tradición de hacer pasticho, nos acostamos con dos panes con queso y en plena oscuridad porque ese día hubo un apagón de cuatro horas, así fue mi Nochebuena”.

Desde ese 24 de diciembre hasta la fecha, solo ha percibido el bono de Reyes, no hubo cena, pero si la compra de apenas unos pequeños rubros de los que conforman la cesta básica, Grace es otra venezolana a la que el sueldo mínimo y los trabajos esporádicos tampoco le alcanzan para mucho.

“Yo creo que ese bono se lo dan solo a personas por sorteo, porque no a todos nos llega, no soy la única, hay otras personas bajo la misma condición. El Clap es otra cosa que tampoco conozco, en las calles usan las cajas para botar basura, es lo máximo que las he tenido de cerca…, ahora con eso del Carnet del Psuv capaz y solo se lo pagan a ellos, yo no me pienso inscribir en eso, agoté las esperanzas”, sentencia Ordoñez.

Ya es Jueves Santo, acabaron los días decretados como no laborales, la vigencia para el pago del bono de Semana Santa se agota, así como la esperanza de Grace de poder comprar con los 700 mil bolívares un kilo de “algo”, esa frase peculiar de los venezolanos de conseguir “algo” con lo que llenar el estómago. Grace quiere comer pescado por costumbre católica en estas fechas, pero, solo tiene dos opciones: La primera, esperar que llegue su bono de Semana Santa; la segunda, lanzar un anzuelo en la Vereda del Lago, como lo hacen a diario cientos de zulianos a pescar “algo” que comer.