Tras la masacre en El Junquito, a los familiares de  Lisbeth Andreina Ramírez aún no les entregan el cuerpo. La muchacha  era novia de uno de los asesinados y además enfermera y estudiante de odontología en la Universidad de Zulia.

La familia no sabía que ella se encontraba en Caracas. Lo único que les llegó fue un mensaje un de voz  de su parte, en el que decía: “Los amo, lo amo mucho. Perdónenme”, se escucha en el audio durante el operativo en el que murió

 

“No sabíamos que estaba en Caracas. Ella estaba en Maracaibo, iba a estudiar”, sostiene Ángel Ramírez, padre.

“Quería tratar de superarse en este país en el que no hay oportunidades de nada”, afirma Ángel Ramírez, hermano.

“Era la luz de mis ojos, era muy sufrida, y por eso yo quiero que me la traigan para verla por última vez”, pide su madre, Faribeth Mantilla.

Los familiares aseguran que ella y sus compañeros son víctimas del gobierno de Nicolás Maduro.