crisisLa escasez de alimentos por la crisis económica ha afectado directamente la nutrición de los venezolanos, quienes actualmente comen solo 2 veces al día. 

La crisis económica en Venezuela ha generado consecuencias en la alimentación de los venezolanos, quienes reportan que actualmente únicamente consumen dos comidas diarias por la dificultad para adquirir alimentos y los altos precios.

«Uno o almuerza o cena, pero las dos cosas no. El desayuno es lo que siempre se resuelve porque con pan y queso ya se saca algo, pero ¿el resto? Es mentira que con esta crisis uno se va a preparar un pollo para el almuerzo y otra cosa para la cena», comentó la señora Luz Aguirre en un supermercado de Caracas.

Los especialistas advierten que la mala alimentación no solo es un mal en sí mismo, sino que, adicionalmente, puede generar aparición de enfermedades crónicas como diábetes, hipertensión, gastritis, entre otras.

El escenario se hace todavía más complicado, pues la crisis económica ha generado escasez de medicinas para estas patologías. No se consiguen protectores gástricos, insulina ni antihipertensivos.

La nutricionista Ingrid Carrero explicó que actualmente hay un alza en el consumo de carbohidratos, pues adquirir proteínas, uno de los alimentos principales para el ser humano, se ha vuelto sumamente difícil. No solo por los altos precios, sino por el desabastecimiento.

«Queremos más proteínas, pero no se consigue. Ya estamos comiendo dos veces al día y si acaso una merienda», indicó Luis Aponte.

crisis

Aunque los especialistas recomiendan ante este escenario aumentar el consumo de frutas y vegetales para no sacrificar los nutrientes y vitaminas, Katiuska Quintero, una joven de 26 años de clase media, señala que este grupo de alimentos «está por las nubes».

«Yo solía ser muy cuidadosa con mi alimentación; comía todos los grupos y por supuesto las frutas, vegetales y proteínas eran muy importantes, pero actualmente es muy difícil comer como es debido. Algunas cosas no se consiguen y otras están muy caras», afirma Quintero.

Sin importar los estratos sociales, los venezolanos coinciden, en mayor o menor medida, en que ya no comen igual. «El que diga que se está alimentando como antes, está mintiendo», consideró Yohana Heredia.

 

Los precios

Los precios de las proteínas, vegetales y frutas aumentan a diario, según indican compradores y vendedores.

El caso del atún enlatado es particular, pues solía ser uno de los alimentos que se conseguía a un precio muy económico en los supermercados, lo mismo que las sardinas. Actualmente, una lata de 140 gramos, que alcanza para una sola persona, cuesta hasta 1500 bolívares, casi lo mismo que un kilo de carne, que se consigue en 1.800 bolívares.

«Ahorita comerse un atún de lata es como comida de ricos», dijo una compradora en un supermercado. Además de ser caro, no se consigue con facilidad.

El kilo de milanesa de pollo llega a los 2.000 cuando se consigue. Los que venden a precio regulado escasean con mayor frecuencia.

En el caso de los vegetales, el kilo de pimentón llega a Bs. 900; la cebolla, 800; las zanahorias, 1.000; las berenjenas, 600 y el calabacín, 400.

Las frutas no se quedan por fuera: el kilo de parchita llega Bs. 700; el limón, 1.000; la lechoza, 400; el melón, 500; las mandarinas, 400.

El pediatra Carlos Contreras advierte que en el caso de la alimentación de los niños es aún más delicado pues se pone en juego el desarrollo de los infantes, ya que la leche para los teteros no se consigue y lo mismo ocurre con las frutas para las compotas y vegetales para las cremas.

Una madre consultada dijo que para intentar alimentar correctamente a su bebé de 5 años ha tenido que recurrir al trueque y a redes de ayuda, pues conseguir los productos es sumamente difícil. «Aquí uno no lleva una vida normal», afirma.