emigrarEmigrar es única salida que encontró una empresaria de Puerto Ordaz que constantemente ha sido víctima de la inseguridad.

Todavía los nervios la agobian, teme por ella y su familia, prefiere no identificarse públicamente, pero accedió a contar su historia, por la que tomó la decisión de emigrar. Angélica (nombre ficticio) es una mediana empresaria de Puerto Ordaz, dueña, junto a su esposo, de un restaurante de la ciudad. Hoy quiere abandonarlo todo e irse del país, la razón: la inseguridad.

Angélica realizaba su rutina diaria, llevar a su hijos al colegio, encargarse del negocio y otras diligencias. Eso incluía manejar altas sumas de dinero para cubrir gastos familiares y de su empresa. El miércoles en horas de la tarde acudió a una entidad bancaria en Alta Vista, Puerto Ordaz, para retirar 100 mil bolívares.

No pasó ni media hora en el banco, cuando se dirigía nuevamente a su vehículo, dos sujetos la interceptaron en otro carro, sometiéndola y obligándola a subirse con ellos. Le vendaron los ojos, y recuerda que escuchó que uno de los delincuentes hablaba por teléfono y dijo “ya la tenemos”.

Después de dos horas de rapto, fue abandonada en la urbanización Mendoza, cerca de Villa Colombia en Puerto Ordaz. Allí caminó hasta una clínica cercana para ser atendida debido a la crisis de nervios que tenía.“Allí llamé a mi esposo, no te puedo explicar con palabras lo que sentía».

«Me manosearon, uno de ellos le decía al otro: mátala, mátala. Hablaban feísimo, y cuando me dejaron me dijeron que no los denunciara porque ya me tenían identificada”.

Pese a las amenazas, Angélica igualmente interpuso la denuncia, pues no es la primera vez que se siente insegura, su esposo también ha sido víctima de robos, y ella ha recibido llamadas amenazantes.emigrar

Para este año, Angélica y su familia se preparan para emigrar. De hecho, desde hace meses iniciaron la venta de sus bienes, incluido el restaurante. Sus hijos dejan los estudios en Venezuela en busca de mejores oportunidades y escapando de la inseguridad que agobia a los venezolanos. Este hecho fue la gota que rebasó el vaso para que la decisión no tuviera marcha atrás.