alimentosDebido a la escasez de alimentos los zulianos deben repetir la misma comida hasta por una semana, algunos han hecho lo que jamás pensaron para poder comer.

Una paila con unos cuantos fideos, es lo único que se encuentra sobre la hornilla de la cocina de Inés Castillo, una zuliana que día a día sufre los embates que la escasez de alimentos genera en las familias venezolanas.

Inés asegura que en las últimas oportunidades en la que ha ido al supermercado a comprar alimentos, hace cola desde muy temprano y, que muchas veces al entrar al establecimiento se encuentra con la noticia de que lo que había se acabó.

Entre esas esperanzas agonizantes en la cola, sólo ha logrado conseguir pasta y, precisamente es lo que ha estado comiendo desde el pasado sábado, sin ningún tipo de aderezo, sólo el de que la pesadilla de la escasez acabe pronto.

“Llevo una semana comiendo espagueti porque no consigo nada, no es la primera vez, yo no desprecio la comida, nunca lo he hecho, pero ya son varios días dándole de comer a mis hijos sólo eso y sin nada, porque a veces no tengo ni para comprar una cebolla o un tomate”, aseguró entre molestia e impotencia.

Pero la historia de esta mujer no acaba allí, pues confesó que elalimentos agua con la que cocina la pasta, la ha guardado para cenar en las noches para no irse a la cama con el estomago vacio.

“En dos oportunidades he cenado agua de fideos…, antes esperaba que esa agua se enfriara y se la echaba a las matas ¡Ahora no! Ahora me la tomo porque a veces toca, y sí no hay nada pa’ comer pues mas todavía ¡No voy a dejar a mis hijos morir de hambre!”, afirmó Inés, con mirada quebrantada mientras contenía las lágrimas.

Inés espera que la situación sobre la escasez de alimentos finalice pronto, pues asegura que la imposibilidad a poder acceder libremente a los productos de primera necesidad está enfermando y deprimiendo a muchas familias.

Añoró que en la barriada en la que vive, al sur de Maracaibo, los fines de semana los vecinos se reunían para hacer sancochos, en los que cada quien aportaba algunos de los ingredientes, pero que hasta esta costumbre se ha perdido gracias a la grave escasez de alimentos.