COLAS

Usualmente suelo escribir sobre aquellas situaciones que me suceden, no que me cuentan o escucho. Mi verdad no es absoluta pero si es lo que a diario vivo

Mi situación no escapa a ser muy diferente a la del resto de los venezolanos que aún vivimos en el país, yo como profesional y ama de casa me preocupo por la comida que no se consigue y que le debo dar a mis dos hijos.

Ayer lunes me acerqué a un supermercado donde estaban vendiendo harina de maíz y como ya no tengo en mi casa decidí hacer la cola, pasé dos horas allí esperando mi turno y salió un trabajador de este lugar y nos dijo a quienes esperábamos ¨la harina se acabó¨. De inmediato observé los rostros de las personas que como yo no pudimos comprar nada ¡la verdad era desolador! estoy segura que un universo de pensamientos se vino a la mente de todos aquellos.

Luego de tan humillante situación volví a casa y decidí, junto a mi esposo, que no tenemos otra opción sino continuar comprando comida ¨bachaqueda¨ como ya popularmente se le dice, y seguir pagando precios desorbitantes por productos de la cesta básica que cualquier gobierno de cualquier país debe garantizar.

Así pues hice mis llamadas acostumbradas, no quiere decir que me haya acostumbrado a vivir en tal situación, pero conseguí harina de maíz, arroz, papel toilet, toallas sanitarias y jabón de lavar ropa. La cantidad de dinero que mi esposo y yo debemos pagar por todos esos productos, como dije unas líneas arriba, es desproporcionada y tan desgraciada como este gobierno que aún continúa burlándose de los venezolanos al negar la ayuda de otros países en cuanto a alimentos y medicinas.

CLAP

No solo soy yo la única que compra de esta manera, somos millones de venezolanos que debemos acudir a este mercado paralelo que el mismo sistema creó, el mismo socialismo indujo. A diario amigos cercanos pasan cadenas pidiendo medicamentos, o cambiando unos productos por otros.

La situación lejos de mejorar está empeorando, la creación de los CLAP es un chiste y lo califico de esta manera porque donde yo vivo hace tres meses recibí la ¨famosa bolsa¨ había dos arroz, dos pastas, dos harinas, una leche condensada y una leche en polvo, pero lo grave de esto que les cuento no es los productos que recibí sino el tiempo que han demorado para hacer la segunda venta…¿será que el gobierno cree que aún sigo comiendo con esos siete productos vendidos hace tres meses? Esa es una duda me asalta todos los días y por ello califico a los CLAP como otro mal chiste de este Gobierno.

Las malas políticas del Ejecutivo sin duda seguirán acentuando esta grave crisis, no saben qué hacer, no entienden que el problema de la comida y medicinas no es de distribución sino de producción. Crearon los abastos bicentenarios, se convirtieron en una red, pero de corrupción, luego están los CLAP que no abastecen ni al 20 por ciento de la población y en menos de tres meses hay denuncias de corrupción, este en unos meses será otro fracaso más. Y bueno la última idea de nuestro presidente fue darle unos superpoderes al Ministro de la Defensa Vladimir Padrino López para que encabece la Gran Misión de Abastecimiento Soberano y Seguro.

Ante estas misiones y muchas más que en este momento no menciono, me pregunto ¿será que las otras misiones no eran tan grandes y qué pasó con los 15 motores que lanzó el Gobierno para activar la economía?…en fin, mantengo lo que últimamente vengo diciendo… el hambre y los CLAP son muy malas compañías.

Por Heidi Maldonado Durán