Que feo, gris, vetusto, maloliente… por decir, está nuestro querido Palacio de Miraflores. Lo vimos de la mano del periodista español, Jordi Évole, y su asustado equipo de producción. Entraban las cámaras, y salían dos gochos de ¿seguridad?, a los que se adivinaba mucha hambre en sus enjutas facciones, y pocas ganas de ganarse la soldada, claro cobrada en bolívares es toda una carretilla, y eso cansa. Cara de malandros, para el que no lo entienda.

La largura del Presidente, coincidía con lo destartalado del escenario. Muy iluminado para que se vea que no hay cortes eléctricos, con un grupo de corifeos a los que pedía, ‘sin favor, ni educación’ un café, o un té con leche, la misma que no toman los chamos desde hace ¿años? Y desde arriba, ocultando la dentadura, bajando el cuello, para que no asomen las cadenas gipsy que le delatan, aplaudiendo a los sobrinos de su primera comandanta, que andan a palos con el Gringo, porque les quiere meter en la cárcel por ser narcotraficantes de primera. Olor de cocaína, de alita de mosca, para el que no las huele.

Lo cierto es que me habría encantando estar en la sala de mamandurrias para preguntarle a Nicolás Maduro:

– Es usted natural de…
– Llegó al poder por un pájaro, o por el Pájaro.
– Qué es para usted el bienestar.
– Qué significa para usted la palabra socialismo.
– Es usted el dueño de un sueño que se ha convertido en la pesadilla para los venezolanos.
– Qué es la democracia para usted.
– Sabe que han creado un estado fallido.
– Tiene un pacto secreto con los López.

Podrían ser miles de miles más las preguntas que me gustaría plantear al Presidente… No hablaría de la oposición, que eso les da carta de naturaleza para que se peleen entre ellos. No hablaría de PDVSA, ni del robo que han perpetrado tirios y troyanos, como el Dorado, ¡TODOS A ROBAR, TODOS!, con qué paga Diosdado, con qué se financian los viajes de Lilian, con qué…

Y, hay otras preguntas de corte más social que deberían salir necesariamente a la palestra:

– Qué ocurre con los insumos médicos.
– Dónde van a parar los impuestos, o ya no se cobran.
– Se ha creado una Venezuela subvencionada.
– A los que han muerto en las calles, qué les queda.
– Cuándo recuperará Venezuela la Libertad, si es que quiere.

Esta semana más. Pero, es imposible entrevistar a un Presidente que no sabe estar a la altura de su cargo, y mucho menos del Pueblo al que representa.

Pedro Aparicio Pérez