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Como el presidente venezolano que hundió al bolívar pasará a la historia Nicolás Maduro para cientos de venezolanos que cruzan la frontera en busca de comida.

El Presidente venezolano que logró pulverizar el valor del bolívar en la frontera colombo-venezolana. Así aparecerá en los libros de historia del futuro la referencia del mandato de Nicolás Maduro. La realidad es clara: miles de venezolanos se trasladan diariamente a la ciudad de Cúcuta para poder adquirir comida, medicinas, repuestos.

En Cúcuta, se consiguen los productos, eso sí, a un precio muy por encima de los regulados, totalmente desaparecidos en los anaqueles de los supermercados y abastos en el país.

A primeras horas de la mañana, los puentes internacionales son un hervidero. Y de lo primero que se habla es del valor del bolívar frente al peso colombiano. Un valor que el Presidente venezolano ha pulverizado con una política económica suicida, según lo han calificado expertos en la materia.

Mientras tanto, la vida fronteriza transcurre en los puentes. Se ha desarrollado allí una economía informal masiva representada por vendedores de helados, papelón, pasteles, café, jugos, dulces, caramelos, en fin que se disputan los clientes representados por miles de venezolanos que acuden en su tránsito a Colombia desde diversas partes del país.

Para muchos es el único trabajo decente que se consigue.Y mientras usted va caminando en el lado venezolano con cientos de personas, se forma la cola al acercarse a la mitad del puente. No le queda otra que esperar con otros tantos ciudadanos colombianos que regresan a su país, luego de haber vivido aquí por años.

Un presidente histórico

Nicolás Maduro no solamente pasará a la historia como el presidente venezolano que cerró la frontera por más de un año. Es también el hombre que puso al bolívar «rodilla en tierra» frente al peso colombiano. Mientras esto ocurre, en la mitad del puente están las cercas que dividen los lados y tratan de establecer la barrera entre ambas fronteras. Del lado venezolano, un grupo de militares de la GNB.

En el lado colombiano, instaladas dos carpas por las que tiene que pasar el que cruza. Allí se encuentran funcionarios de Migración Colombia, Policía Nacional y la DIAN. En ése momento lleve su cédula a la mano porque se la pueden solicitar.

Y ya está en Colombia. Al llegar a la boca del puente unos funcionarios colombianos le indican que si es venezolano, debe desviarse a la zona de aduana para rellenar la planilla de ingreso al país.

En esta planilla usted coloca sus datos básicos, razón de la visita, origen y destino y debe presentarla al funcionario de Migración con su cédula. Es el único control establecido para el ingreso temporal. Presentada la papel, el funcionario desprende una pestaña con sus datos y le entrega el resto.

Es importante que conserve en buen estado el documento ya que la Policía Nacional colombiana se lo podría requerir y si no lo tiene puede proceder la deportación: 142 venezolanos han sido expulsados desde Cúcuta durante los tres últimos meses, entre otras cosas, por no tener a la mano la planilla.