Venezuela, nos robaron la libertad, estamos en tiempos revueltos, tan exasperantes, que aunque nos quieran tapar la boca, los ojos y los oídos, tal cual la imagen de los monitos, no pueden huir de los gritos de la conciencia que emanan lentamente avisando que ya basta, porque sería como tratar de detener un volcán echándole vasos de agua a sus pequeñas erupciones para que no explote.

Intentan silenciar a los medios que no les son fieles quitando la señal en los canales del país, pero eso no les va a salvar de las investigaciones sobre actos delictivos que son imprescriptibles, este tipo de cosas es la que demuestra, día tras día, lo acéfalo que es el Gobierno, ¿Quién cree que en pleno siglo XXI se va a lograr dejar sin información a un país?

Estamos en un mundo donde lo que nunca sobra es la información de diferentes contenidos, millones de redes que nos conectan con el mundo por el ciberespacio, la información está y llega en segundos a nuestras manos, pero qué le podemos pedir a semejantes personajes que creen tener el control de todo.

Intentan silenciar con sus juegos del hambre, con la afortunada opción que tenían a la mano, la de humillar al pueblo con el carnet anti-patria y una bolsa de comida (que llega o no dependiendo de tu afinidad con el régimen), y que no representa nada más que otra forma de tiranía, ellos deciden que debemos comer, cuando, cuanto y como, ¡Esto es el colmo de la indecencia!

Algunas veces nos preguntamos hasta dónde llegarán con todo lo mal que lo han hecho y continúan con los mismos desaciertos, ¡Es que no pegan ni una!, están tan desorientados que es imposible que puedan superar lo que han creado, pretenden detener un cohete que ha sido lanzado al espacio con una soga a lo cowboy, sencillamente te arrastra y te mata, ellos se están matando solitos.

Intentan silenciar los actos de corrupción que se han suscitado a lo largo de 18 años, expropiaron empresas privadas y las quebraron, iniciaron obras multimillonarias las pagaron (supuestamente) y no las terminaron, los casos de PDVSA, Odebrecht, PDVAL, Minerven, Ferrominera, Corpoelec y pare de contar las deleznables gestiones de este burdo desgobierno.

A mucha gente parece no importarle la realidad de un país en dictadura, caminamos por un charquero de estiércol que para limpiarlo nos costara sangre, sudor y lágrimas, pero será la única manera de regenerar el honor y la dignidad de todos los venezolanos, los que están amañados y los que no, debe prevalecer la dignidad y los valores.

La censura está a la orden del día, con lo cual, tampoco podemos elegir (por ahora) a quienes queremos que gestionen nuestro país, el tiempo exiguo que nos han dado y las demoras para poder relegitimar los partidos que ya están creados y que tienen años representando a sus militantes, es otro detalle de la falta de libertad, además de eso con un supuesto reparo, ellos decidirán si es viable o no un partido político, está claro, lo que quieren es acabar el derecho a elecciones, solo podremos votar pero por sus candidatos.

El sin vivir más apoteósico de estos tiempos, es el miedo de encontrar la muerte a cualquier hora, como consecuencia de la inmensa inseguridad descontrolada que existe en el país, y que solo un gobierno responsable pondría coto urgente a este flagelo que azota al pueblo venezolano, todos estamos presos tras las permeables rejas de nuestras casas. La mano del hampa y su terrible cerebro no han perdonado ni a los niños, cuatro menores de 15 años vilmente asesinados, ¿Hasta dónde hemos llegado?, esto es imperdonable.

Ellos seguirán intentando, intentaran silenciarnos a los que estamos dentro y fuera del país, intentaran mantenernos encarcelados, al igual que a los presos políticos, pero no podrán silenciar al mundo, porque donde haya un venezolano de bien, en cualquier parte que se encuentre dará lo mejor de sí para lograr la libertad y la sensatez que debemos recuperar.

PERSEVERANCIA, SENSATEZ Y LIBERTAD.