En la UCV el estudiantado debió tomar las riendas del comedor porque el personal está en paro por falta de presupuesto.

La UCV atraviesa la peor crisis de su historia, al punto que en esa institución, “la casa que vence las sombras”, el estudiantado debió asumir las riendas del comedor para asegurar los alimentos de quienes confían ser el futuro profesional del país egresado de la Universidad Central de Venezuela, campus Maracay.

Miembros de los centros de estudiantes de Agronomía y Veterinaria, lejos de las prácticas de campo que no pueden realizar por falta de presupuesto universitario, asumieron las riendas del comedor. Guiados por cinco trabajadores que les prestan apoyo en el manejo de la cocina industrial, garantizan el almuerzo diario “por ahora”, a unos 700 estudiantes al día.

Daniel Izaguirre, vicepresidente del Centro de Estudiantes de la Facultad de Agronomía (Fagro) de la UCV explicó que tenían en cuenta 18 millones de bolívares, lo que corresponde al presupuesto anual del funcionamiento del comedor campus Maracay.

El presupuesto es recurrente, explicó el dirigente estudiantil. Se trata de recursos que les quedaron del 2015 porque el comedor estuvo paralizado durante dos años por daños en las cavas. En noviembre pasado lo reactivaron durante un mes, luego de que fueran reparadas las cavas, por lo que quedaron en cuenta 18 millones de bolívares, pues insiste que del 2016, la UCV no ha recibido un bolívar de lo que el gobierno nacional debe otorgar para su funcionamiento.

9 millones de bolívares en una semana de comedor

Izaguirre explicó que del presupuesto ya se gastaron 9 millones de bolívares. Mientras estudiantes siguen con las protestas en la avenida Universidad durante octavo día, la dirigencia estudiantil debe compartirse entre las acciones de calle y preparar los alimentos para la población estudiantil que aún se mantiene en actividades académicas bajo precarias condiciones.

“Se gastaron 9 millones de bolívares porque eso es lo que cuesta mantener un promedio de mil platos al día durante una semana. El comedor tenía previsto iniciar el martes de hace dos semanas, pero los obreros se fueron a un cese de actividades laborales por no poseer condiciones, porque la UCV les ha faltado en el contrato que se refiere a la dotación de uniformes e implementos de seguridad”, relató el dirigente estudiantil.

Según Daniel Izaguirre, el presupuesto que tiene la UCV para cubrir los gastos por dotación de uniformes e implementos de seguridad es de solo 170 millones de bolívares. La realidad es que para cumplir con el compromiso no solo a los 60 trabajadores del comedor del campus Maracay sino a unos 2 mil trabajadores que conforman el personal obrero y administrativo de la UCV, representa 1400 millones de bolívares.

El joven estudiante aseguró que hasta ahora la Opsu está negada a cancelar ese dinero.

“Nosotros teníamos el compromiso de iniciar el comedor, decidimos mediante acta los estudiantes de ambos centros, hacernos responsables por la integridad física y del comedor e hicimos una toma del comedor universitario. Somos alrededor de 20 estudiantes de ambas facultades y cinco trabajadores que nos ayudan. Estas dos semanas hemos servidos 700 platos diarios, porque los otros 300 son para el núcleo Cagua pero como somos nosotros quienes cocinamos no nos damos abasto. Ya el presupuesto se termina a mediados de esta semana”, aseguró Daniel Izaguirre.

Extendió una llamado una vez más al ministerio de Educación Superior, a la Opsu y al Ejecutivo nacional para que baje los recursos a la UCV. Asegura Izaguirre que con 18 millones de bolívares más, pueden funcionar si les surten de 2.5 toneladas de carne cada 15 días, tal y como lo entregaron al comedor de la UCV Caracas. De esta manera, una nueva asignación de Bs. 18 millones les alcanzaría para asegurar el almuerzo estudiantil por unas 10 semanas.

Al Gobierno nacional no le importa la educación del país

Daniel Izaguirre asegura que tener que tomar las riendas del comedor universitario, es una situación lamentable y decepcionante.

Dice que en el caso particular de Fagro, el estudiantado se forma para producir y sacar el país adelante, sin embargo, cuando se llega a la UCV la realidad es otra: el país al que quieres colaborarle no le importa tu educación, que el gobierno que maneja el dinero no le importa la educación y que la universidad se queda sin prestigio por culpa del gobierno nacional.

Para Izaguirre, la decepción es aún mayor en el caso de los estudiantes que ingresan por asignación de la Opsu, pues existe el choque entre el discurso del Gobierno que les da el cupo pero la beca no les llega, no hay comedor, la infraestructura se cae, no hay transporte ni siquiera hasta el terminal de Maracay.

“Aún así se nos ofrece la entrega de tabletas cuando ni siquiera se nos garantiza el techo donde estar mientras estudio, ni la comida, es contradictorio, hay prioridades. Si le garantizas los recursos para que la universidad pueda comprar tecnología no tendría tanta inversión que hacer”, enfatizó el dirigente estudiantil.

El llamado fue a la reflexión de quienes administran el Estado, porque a juicio de Izaguirre, ministros, directores y gobernadores como Tareck El Aissami, se jactan de vociferar que nacieron en el movimiento universitario. Condenó que ahora se les califique de guarimberos, cuando la lucha en tiempos de El Aissami fue por ideología política y la pelea del estudiante actual es por salvar la universidad que se cae a pedazos como el futuro de la nación.