El colapso del sistema de salud en Venezuela llegó al punto de tener que botar los cadáveres de la morgue. En el   hospital Jesús María Casal Ramos de Acarigua, en el estado Portuguesa los cuerpos que no fueron reclamados y algunos hasta explotaron son movilizados en una camioneta como basura para desechar. 

Según denunció el periodista Carlos Iván Suárez «la descomposición de los cuerpos contaminó la sala donde se encontraban» y «la sangre regada se llenó de gusanos».

La morgue al no cumplir con los requisitos mínimos de sanidad, no puede mantener los cuerpos fríos porque los refrigeradores no funcionan y  los cadáveres se descomponen rápidamente.