A diario, los venezolanos tienen que ingeniárselas para paliar la escasez de efectivo y comida, inflación, falta de medicamentos y carencias en los servicios del agua, debido a la escasez del vital líquido.

Ante un racionamiento que puede tardar días, semanas e incluso meses, los venezolanos han tenido que quitar sus muebles y algunos objetos decorativos para sustituirlos por botellones o tobos de agua, suministro que utilizarán para uso personal y del hogar.

 

Por su parte, la empresa del Estado, Hidrocapital, solo comenta a través de su cuenta en la red social Twitter mensajes escuetos que no dan solución a la crisis. Usuarios denuncian que el “cronograma” que a veces publican no lo siguen al pie de la letra.

Es por ello que recurren a los camiones cisternas, cuyo valor oscila desde Bs. 2.000.000 hasta Bs. 8.000.000 por llenar un tobo o tanque con agua.

Algunas personas que no tienen dinero para costear este servicio debido a que el salario mínimo se encuentra en casi Bs. 400.000 y utilizan sus vehículos propios, poniendo en riesgo los cauchos del carro, y visitan a algún familiar que les llene algunos tobos o a ríos en busca del vital líquido.

 

Debido a la ineficiencia en los servicios básicos y públicos, las personas han tomado las calles como señal de protesta criticando la carencia del servicio. Ejemplo de ello fue lo que ocurrió el jueves en horas de la noche a tan solo una cuadra del Palacio de Miraflores, sede del Gobierno de Venezuela.

 

Con carteles, pitos y cacerolas, los habitantes de la Parroquia Altagracia, exigieron al Gobierno que enviarán aguas a través de las tuberías, dado que tenían semanas sin el servicio.

Pasadas las 9:00 de la noche la protesta cesó y los habitantes obtuvieron agua, medida que solo duró pocas horas, dado que según denuncias, el servicio dejó de funcionar a partir de las 3:00 de la madrugada.

 

Altos funcionarios del Gobierno venezolano no se ha pronunciado por la carencia del servicio, pese a que dirigentes de la oposición han exigido la renuncia del presidente de Hidrocapital, el Mayor Eddison Ranses Torrealba Rincón. Aunque, el gobernador oficialista del estado Carabobo, Rafael Lacava, se pronunció amenazando a la empresa que surte el agua en la entidad con enviarles “El carro de Drácula” de no resolver este inconveniente.

Cabe resaltar que las amenazas surgieron, después de que el gobernador observó que no tenía agua su piscina.

Este 20 de mayo se realizarán en Venezuela las elecciones presidenciales donde Nicolás Maduro aspira a la reelección, en unos comicios que la comunidad internacional y la oposición venezolana han dicho que no poseen garantías.