No hay saboteo, la crisis eléctrica nacional es por el colapso de las termoeléctricas y su falta de mantenimiento.

Bolívar no escapa de la crisis eléctrica nacional. Si bien no le ha tocado los apagones de Zulia, Mérida,, Táchira y Trujillo, constantemente sufre cortes eléctricos. Algunas zonas pasan meses sin luz, en su caso por transformadores dañados, con los cuales no cuentan Corpoelec para la sustitución. Así que se las tienen que ingeniar.

“Lo que funciona es lo hidroeléctrico, hoy en día la demanda del país usa más hidroelectricidad de la que se usó en cualquier crisis eléctrica nacional anterior. Cuando el presidente Hugo Chávez decía que iba a cambiar esa matriz, que no podíamos depender; hoy lo que alimenta la generación hidroeléctrica es casi el 80% de la demanda, cuando antes era el 60%, y eso es porque el parque térmico no sirve. 36 mil  MW instalados y una demanda máxima que a duras penas pudiera ser que llegara a los 14 mil MW, no hay razón para que usted tenga déficit de generación, es una gestión fallida en cuanto al manejo y gerencia del sector eléctrico”.

Así lo explica Miguel Lara, exgerente de la extinta Oficina de Planificación de Sistema Integrado (Opsi).

“En toda la región de los andes hay racionamientos, ahora se han profundizado porque hubo una sobreexplotación de los embalses de allá, que son pequeños, que tienen poca capacidad de regulación, no como Guri que puede pasar tres años de épocas secas y hay agua. El más grande es el que alimenta la Central La Vueltosa, pero solo se puede usar a plena carga para algunas horas al día y es la única manera de mantener funcionalidad en un año de baja hidrología, que no es el caso, es una excusa del ministro”, agrega.

Destaca Lara que en las épocas secas todos los embalses bajan, y no es lo que determina si el embalse se seca o no, sino su uso, la mala praxis operativa.

“Este es un guion parecido al de Guri, se sobreexplotan los embalses, se le echa la excusa a la sequía y después para proceder a comprar unidades térmicas adicionales, eso no es nuevo, es la manera de poder seguir depredando recursos del país, porque lo lógico es que si usted tiene tanta generación, hay que mantenerla y ponerla a funcionar, no comprar nuevas”.

Venezuela sin luz: crisis eléctrica nacional que el Gobierno llama saboteoNi con Guri ni con Tocoma

Hoy Guri no puede sacar todo lo que puede producir por una sencilla razón: ha caído tanta la demanda de las industrias básicas de Guayana que usted tiene ese excedente esos casi 3 mil MW de demanda que ha caído en Guayana, es casi Tocoma, pudiera exportarlo al resto del país, solo que el sistema de transmisión no se diseñó para que la demanda en Guayana fuera tan baja, tienen esa energía y no la pueden usar. A veces sobrepasan el límite y el riesgo que corren es que si sobrepasa la línea, habrá un apagón que abarcará varios estados, y cuidado si a nivel nacional, advierte el especialista.

“Corpoelec tiene las baterías infladas, repetidamente se colapsan y no agarran buena carga ni que le recen. Los trabajadores están huyendo, dinero no hay, ya se lo robaron todo. La única respuesta que da el Gobierno por tarima y TV: somos potencia energética bolivariana y social”, denunció un usuario a través de su cuenta en twitter.

Maracaibo, la gran calamidad

El estado Zulia sufre los embates de los apaones desde el pasado 23 de diciembre y a la fecha continúa padeciendo la grave crisis eléctrica. Muchos zulianos aseguran no comer, no poder trabajar y mucho menos dormir. Así lo han reflejado en sus redes sociales cuando al menos les queda un porcentaje mínimo de batería.

Quisiera decirles que estoy inventado cualquier locura de las mías, o quizá tomándole una foto a La Luna, tal vez a una estrella y quién quita a un OVNI, pero no, la realidad tristemente es otra. La razón por la que me arriesgo a cualquier caída y golpe, de perder el equilibrio, al subirme sobre la cerca que se extiende al fondo de mi casa, no es nada más que una necesidad. La imagen, la capturó mi mamá pidiéndole a Dios primeramente no caerme, segundo, a tener cuídado y la tercera, que pueda cazar alguna señal que me permita cumplir con mi compromiso de trabajar. Yo, no quiero parecerme al Gobierno, no quiero dar más excusas, yo busco superarme día a día y ésta ha sido una de las alternativas. Así han sido algunas tardes pero, sobre todo largas noches, y es que, los irrespetuosos cortes del servicio eléctrico, que nos dejan incomunicados por largas horas, me han obligado a innovar para poder cumplir. A esto se suma calentar el almuerzo al Sol o peor aún, no comer, cenar a oscuras, pausar algún compromiso, no poder leer, no descansar y mucho menos dormir en varias noches seguidas. Simplemente un ya rutinario «No puedo, quitaron la electricidad». Esas son algunas de las consecuencias que a muchos nos asemejan en tiempos de «Revolución» y que no estoy dispuesto a seguir aguantando ¡No puedo más! La escena es solo una de la incisiva lista de desgracias, que tiene su génesis hace dos décadas, que nos advirtieron hace dos años que pasaría y que se desbordó el pasado 23 de diciembre de 2017 cuando decidieron que el Zulia debía ser apagado, ser oscuro y lóbrego, que debía dejar de ser: Luz de Venezuela.

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