A las dos de la madrugada comenzó el recorrido, hasta que terminaron frente al batallón “Negro Primero”, donde las colas llegaron desde el final de la prolongación de la 5ta. Avenida, cerca del Terminal de Pasajeros

Este miércoles en el inicio de la jornada de revisión del chip para suministro de gasolina al parque automotor del estado Táchira. La poca información oficial que había sobre el particular creó zozobra entre los conductores, puesto que tuvieron que recorrer varias unidades militares, incluso amanecer en algunas de ellas, para poder cumplir con dicho requisito, impuesto por Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Fanb).

La odisea y desesperación de centenares de conductores comenzaron la noche -madrugada del martes, cuando en vista de los anuncios sobre las sanciones a quienes no cumplieran con el requisito o revisión del chip, decidieron hacer las tradicionales colas frente a las unidades militares donde supuestamente se hará dicho operativo.

No eran precisamente las largas colas que se vieron a comienzo y final de diciembre para surtir combustible, pues en esta oportunidad la aglomeración de vehículos, además de las caras de decepción de los conductores, era para la revisión, por parte de los funcionarios de Pdvsa y miembros de la Fanb, del dispositivo electrónico con el que surten combustible.

Una de las inquietudes de algunos que acudieron al lugar de revisión del chip era para preguntar sobre cómo hacían con sus vehículos que tenían dañados en los talleres. Los militares en el lugar desconocían la situación, pero la diputad Nellyver Lugo explicó que no tenían por qué preocuparse, porque se puso un plazo de diez días para ver cómo era la capacidad de respuesta del operativo, pero que los vehículos dañados tendrán oportunidad de revisión del chip, pues habrá más jornadas e insistió en que se debe dejar la desesperación, porque habrá tiempo, ya que “esto de la revisión es sumamente rápido”.

La revisión era sumamente rápida y quienes salieron confirmaron que no entregaban ningún comprobante que demostrara que habían hecho la revisión: “allí lo único que le decían a uno es que ya está listo y que se vaya; creo que cuando se llegue a una bomba le dirán que no hay problema, pero eso es lo más ridículo que he visto”, aseguró Edixon Linares.