Lo último de sapos y predicadores acerca de la salud de MalBurro, será que lo visitará la pelona.

Predicadores

¡A MalBurro, a MalBurro le duele la cabeza. El médico le ha dicho que no esnife por su oreja!… Es guasa, pero lo que es verdad, es que a nuestro gordísimo presidente le acompaña una hipocondría, que es asimilable a la padecida por grandes hombres de final del siglo XX. El General panameño Noriega, Cara de Piña que sirvió a los USA como uno de ellos, padecía de fuetes mareos y dolores de cabeza… visitaba a una vidente, y le visitaban otras tres, a los dictadores de Libia, Iraq… además de extravagancias, se les conocían hipocondrías que les llevaban, como a Osama, a tomar más de lo que realmente necesitaban. Hoy, viendo el canal de los bichos, he comprobado como los monos, los delfines… juegan con animales altamente venenosos, porque se colocan… A la cabeza de estos ejemplares se encuentra Adolf Hitler al que acompañaba su médico a todos y cada uno de sus actos, su mal aliento, flatulencias horrorosas… Me contaron que MalBurro tiene digestiones pesadas y no erecciona como debería. Hay quien apunta a una enfermedad de hígado (barriga, piernas pesadas, retención de líquidos). En su último viaje a Moscú le enseñaron el pene conservado de Rasputín y exclamó: ¡Vaya pinga! A sus órdenes.

Sapos

Dicen que una de las plagas enviadas por el dios de Moisés, fue la de la lluvia de sapos y ranas, que de todo cayó. Sobre las distintas comunidades crecientes y relevantes, se levantaban unos seres que se mueven entre el teatro del absurdo, caso de Henrique; la mentira escondida detrás del ojo de la cerradura, cuya llave acabó en el fondo del Atlántico (de ida y vuelta) caso Leottori; y los que llevan carpetas medio cerradas, y dejan caer un papel, se tiran en plancha… esos no son nada, visitan el palacio de Miraflores, para rendir cuentas a los círculos cercanos a nuestro ‘gordísimo’ Presidente. Un consejo: DEJE DE TOMAR AZÚCAR, que se nos va a garrapiñar.