Claudia Pinto Emperador participará en el Foro de Coproducción Europa-América Latina del Festival de San Sebastián.

La venezolana Claudia Pinto Emperador fue seleccionada para participar el Foro de Coproducción Europa-América Latina del Festival de San Sebastián tras ser elegido el proyecto “Las Consecuencias” de esta cineasta venezolana radicada en España, el trabajo audiovisual es coproducido por ese país y también por México.

El Foro de Coproducción Europa-América Latina del Festival de San Sebastián tiene como objetivo impulsar desarrollo de proyectos y fomentar la cooperación. Se otorgarán diversos premios, que van de 5 mil a 20 mil euros. Un total de 16 proyectos fueron seleccionados este año. Entre ellos están también 1989 de Alicia Scherson y El Agente Topo de Maite Alberdi, de Chile; La Roya de Juan Sebastián Mesa, de Colombia, y Breve Historia del Planeta Verde de Santiago Loza, de Argentina. El foro se realizará del 24 al 27 de septiembre; el Festival de San Sebastián, del 22 al 30 del mismo mes.

Pinto fue nominada al Goya de la Academia Española a la Mejor Película Iberoamericana por La Distancia más Larga. El filme venezolano ganó el Premio Platino del Cine Iberoamericano a la Mejor Ópera Prima y el Premio Glauber Rocha del Festival de Montreal. Las consecuencias será su segundo largometraje

La distancia más larga es una película venezolana de 2014 protagonizada por la actriz española Carme Elías, Omar Moya y Alec Whaite. Dos caras de un mismo país, una ciudad agresiva y caótica, y un paraíso con las montañas más antiguas del planeta. Dos protagonistas en momentos vitales opuestos. Y dos viajes temerarios, una aventura infantil que cruza un país entero, y un viaje sin retorno, pero libre y decidido.

El destino vincula irremediablemente a una abuela y su nieto. Aunque no se conocen forman parte de un círculo que no pueden romper. Las segundas oportunidades aparecen, pero la libertad individual se impone. Todo se conjura para decirnos: sólo hay un destino, el que tú eliges.

La distancia más larga nos habla de frente, y sin rodeos, de la vida y de la muerte. No es casualidad que la historia se enmarque entre dos muertes de naturaleza tan diferente: por un lado, una violenta y repentina; y por otro, una muerte elegida. Y lo hace precisamente, para hablarnos de la vida, del viaje que emprendemos los que seguimos aquí, los que aún podemos elegir nuestro destino.

Es una historia de comienzos y finales, un cúmulo de encuentros y desencuentros que nos llevan desde la convulsa Caracas hasta la cima del Roraima, una de las formaciones geológicas más antiguas del planeta. La película nos lleva de viaje por las carreteras de Venezuela hasta adentrarnos en paisajes milenarios, mientras nos va narrando el viaje interior y de crecimiento de unos personajes que creen que huyen, pero que en realidad se están buscando. Solo acortando todas las distancias podrán respirar y reconducir sus vidas, y este es el verdadero viaje que nos interesa narrar.

En definitiva, La distancia más larga nos habla de la libertad que tenemos de elegir nuestro destino, de la fuerza de los lazos familiares, y de las segundas oportunidades. Es un canto a la libertad que nos recuerda que nunca es tarde para tomar las riendas de la vida.