Comida de Semana Santa

No hay gas ni agua para preparar la comida de Semana Santa y los precios del pescado y los huevos golpean el bolsillo.

Seguir la tradición de las comidas de Semana Santa se ven en peligro no solo por la escasez de alimentos, sino por los altos precios en que se consiguen los productos que normalmente se ingieren en estos días religiosos. Comer pescado es prácticamente un lujo, y ni un cuajao o pastel se puede hacer por lo igualmente costoso de los cartones de huevos.

La tradición religiosa dice que en Semana Santa no hay quesemana santa comer carne, sobre todo el Jueves y Viernes Santo, pero la misma crisis económica ha obligado a solo conservar esta práctica para los Viernes Santo. La comida de Semana Santa se les dificulta a los guayaneses.

En promedio, el kilo de pescado está en dos mil bolívares, los calamares rondan también ese precio, y para los más exquisitos, los camarones están por encima de ese costo. Ni siquiera una lata de atún saca de apuros a una familia de bajos recursos.

“Una lata de atún grande está entre 1.200 y 1.500 bolívares o más. Antes podías preparar una pasta con atún y resolvías el almuerzo, ahora si acaso será con sardina, no hay muchas opciones de comida en Semana Santa”, dijo Magalys Torres.

Comida en Semana Santa

Algunas familias optan por preparar pastel del pescado de su preferencia, pero este año no contaban con el alza en los precios de los cartones de huevos, los cuales oscilan entre 1.800 y 2.500 bolívares.

“Adiós al cuajao, hasta con un par de huevos fritos y una arepa o pan resolvías, ahora no hay pan, no se consigue harina y los huevos están carísimos”, manifestó Roger Guevara.

Por si fuera poco, en Ciudad Guayana no han cesado ni las colas de hambre ni las colas para comprar una bombona de gas para cocinar. “Tengo dos horas en cola a ver si alcanzo a comprar una bombona de gas de las pequeñas (…) imagínate, no hay gas para cocinar y si usas cocina eléctrica, se te va la luz y tampoco puedes cocinar, ni siquiera hay que comer”, manifestó Octavio Plaza mientras seguía esperando su turno en la fila para comprar.