La creciente crisis en Venezuela en materia de alimentos, ha llevado a los bachaqueros a vender los productos de la cesta básica adulterados con cosas descabelladas, al punto de no importarles si envenenan al consumidor con tal de vender, para obtener su ganancia y sobrevivir.

Un comerciante de Catia, que prefirió mantenerse en el anonimato, reveló que algunos de los nuevos métodos que los bachaqueros de la zona han comenzado a implementar para adulterar los alimentos.

“Ahora venden pasta, la hacen con la masa del pan que sobra de las panaderías. La agarran, la estiran, la pican finita, la dejan secar y listo”, explicó.

De igual forma dijo que la leche en polvo es mezclada con cemento blanco: “No les importa nada que se muera alguien”, dijo.

La carne también se han convertido en blanco de los comerciantes ilegales. La fuente aseguró que estos productos son vendidos en bolsas plásticas luego de recoger los desperdicios de la calle.

“El pellejo del pollo lo recogen y lo venden en bolsas plásticas. Ahora venden «teticas» de carne molida. Sacan del pellejo, lo muelen y no sabes qué te estás comiendo”, explicó.

La técnica es empleada con otros alimentos, debido a que la venta en pequeñas cantidades y de productos mezclados permite generar mayor ganancia. Por su parte, los enlatados son abiertos por la parte inferior para sustraer su contenido y modificarlo a su antojo.

Además, aseguró que el arroz que muchos venezolanos han ingerido es un producto destinado al consumo animal. “El arroz picado, que es para las gallinas, lo ligan con el normal y luego lo venden”, aseguró.

En relación con los productos de aseo personal, explicó que pueden sacar cuatro desodorantes de uno al mezclarlo con crema dental. A su vez, el comerciante aseguró que el elevado precio de la pasta de dientes ha hecho que las personas usen jabón azul como una alternativa para cepillarse.

“Ahorita la gente no se está cepillando. La mayoría lo hace con un jabón azul que vale como 20.000 bolívares en los chinos”, destacó.

A su vez, el jabón azul también es fabricado por los propios bachaqueros, quienes buscan los ingredientes por su cuenta y lo hacen rendir con otros elementos, un molde es utilizado para darle forma al producto.

“La mayoría del jabón lo hacen manual. Compran los ingredientes, lo ligan con otras cosas, tienen un molde y hacen el jabón”, explicó.

Los medicamentos también son alterados para la venta. La fecha de vencimiento de las medicinas es cambiada cuando están vencidas para hacer creer que el producto sigue vigente.

“Si el envase es de vidrio borran la fecha de vencimiento del medicamento con thinner. Si es de cartón imprimen unas etiquetas autoadhesivas. La gente lo nota, pero tienen la necesidad”, aseveró.

Respaldados por los colectivos

La venta de los productos adulterados es realizada en las calles de la entidad, sin embargo, a pesar de que los ciudadanos notan la trampa al llegar a sus hogares los bachaqueros no se molestan en cambiar el lugar de la venta para evitar reclamos.

Aseguró que los vendedores informales son apoyados por los colectivos, por lo que no temen ser descubiertos. “Están apadrinados por los colectivos. Te metes con ellos y llaman a su gente”, sentenció.