El ritmo con el que arrancó el Clásico Real Madrid Barcelona era para pitar tiempo muerto. No así las ganas que se tenían Real Madrid y Barcelona.

El Clásico Real Madrid Barcelona se jugó a sangre y fuego. Y menos mal que era un clásico descafeinado y sin nada en juego… Hasta había aficionados, en los bares de los aledaños del estadio, con bufandas del Liverpool, el rival de los blancos en la final de Kiev.

Terminó la primera parte con cuatro tarjetas y una expulsión, la de Sergi Roberto por soltarle un manotazo a Marcelo. Pitó el colegiado el final de los primeros 45 minutos y los jugadores del Barcelona fueron a pedirle explicaciones. Le rodearon en círculo. Tuvo que entrar el delegado de campo para alejar a Iniesta y Luis Suárez y pedirles que se fueran a vestuarios. En el túnel hubo algunos empujones.

Dos goles, un expulsado, cinco peleas, ocho tarjetas amarillas y sin pasillo, todo esto en Barcelona

Terminó la primera parte con empate a uno y el Barcelona con diez. Terminó el partido con empate a dos y más bronca. Marcelo reclamó un penalti tras una falta de Jordi Alba. No lo consideró así el colegiado que no pitó nada. Zidane sigue sin perder como técnico en el feudo blaugrana. No hubo pasillo, como ya había anunciado el Madrid ni homenaje a Iniesta, salvo la ovación que recibió por parte de su público en el calentamiento y en el cambio y salvo el abrazo que le dio Ramos en el sorteo de balón. El capitán del Madrid terminó jugando de nueve.

La calidad de Lionel Messi hizo la diferencia

“Ha habido jugadas un poco dudosas, hemos tenido el control de partido, pero la calidad individual del jugador [Messi] hace la diferencia en el 2-1 y nosotros sin Cristiano hemos perdido un poco en la segunda parte. El resultado es justo, pero el árbitro podría haber pitado el penalti claro a Marcelo. No es culpa suya el empate, pero hay jugadas dudosas”, dijo Casemiro al final del encuentro.

Zidane, en un partido que se terminó jugando a mil revoluciones, no reservó a nadie pese a tener la final de la Champions dentro de tres semanas. Dice que la mejor manera de prepararse al duelo contra el Liverpool es competir en los partidos de Liga. Se quedaron fuera de la lista los lesionados Carvajal e Isco (además de los descartados Achraf, Llorente y Borja Mayoral), pero ZZ optó por un once de gala encabezado por Cristiano Ronaldo.

12 goles en el Camp Nou

El portugués no entiende de clásicos descafeinados. Su competitividad no entiende de descansos en vistas de la cita europea más importante. Y menos en casa del eterno enemigo. Esa era la idea. Marcó, dejó un taconazo y se lesionó en el gol tras un pisotón fortuito de Piqué. Aguantó 45 minutos pero se tuvo que quedar en los vestuarios en el descanso por un “leve esguince de tobillo”, según informó el club.

La segunda parte la vio sentado en el banquillo con la sudadera puesta. “No puedo decir el tiempo de baja, Cris dice que no es nada grave, mañana le haremos pruebas. Estaba un poco preocupado porque vio al tobillo hinchado”, dijo Zidane en la sala de prensa. “Está un poco inflamado, pero llega a Kiev seguro”, apuntó Marcelo.

En casa de Messi marcó anoche Cristiano su duodécimo gol de los 18 que lleva en los clásicos (seis han sido en casa). Lo hizo tras una jugada preciosa con Toni Kroos. El centrocampista alemán aprovechó una pérdida de balón del Barça, buscó a Cristiano, se lo pasó y este, en el borde del área se lo devolvió con un taconazo. Recogió Kroos la pelota, centró para Benzema y la dejada de cabeza del francés la empujó el portugués con la puntera desde el suelo.

Tardó tanto en desenredarse del fondo de la portería que ni siquiera lo celebró. En la jugada recibió un pisotón fortuito de Piqué y cuando empezó a cojear saltaron las alarmas. Se acercó al banquillo, se probó y dijo que estaba OK. Zidane, por si acaso, mandó a calentar a Asensio. Aguantó Cristiano toda la primera parte y casi marca el segundo. Se lo impidió Ter Stegen, que se convirtió en un muro de tres metros de alto y de ancho en el mano a mano con el portugués. Lo había buscado y encontrado Modric con un pase rapidísimo.

El gol de Cristiano fue el gol número 400 del Madrid en sus 238 partidos oficiales contra el Barcelona. Fue también el duodécimo del portugués en el Camp Nou. Encabeza Cristiano, junto a Alfredo Di Stéfano, la lista de madridistas que han marcado diez o más goles al Barcelona. Nadie ya pueden alcanzarlos; les siguen Raúl con 15, Puskas y Gento con 14, Santillana con 12 y Juanito y Hugo Sánchez con diez.